viernes, 27 de agosto de 2010

Capi 4
-¿!Qué¡?- preguntó con los ojos en blanco
-Alex, quiero presentarte a mi madre- dijo mientras ponía sus manos en mis hombros
-¿En un chiste verdad?, Sophie dime que es un chiste-
-Nop, yo soy la madre de David, o séase que yo soy tu abuela-
Él empezó a estallar en carcajadas hasta tal punto que se le salieron algunas lágrimas, no dejaba de reírse y los dos nos pusimos serios
-Qué gran chiste- dijo limpiándose las lágrimas- Ya en serio, ¿dónde está la abuela?-
-Alex, yo soy tu abuela- dije seriamente
El puso los ojos en blancos y entonces se desmayó
-¡Alex! Dije tratando de despertarlo- ¡Alex!- le di unas palmadas en la cara para que se despertara, pero nada
-Será mejor que lo llevemos a casa-
-De acuerdo- estaba a punto de cargarlo cuando David lo agarró y se lo colgó en la espalda
-Hey no lo trates así- lo recriminé
Él se echó a reír yo me quedé en mi lugar con los brazos cruzados a la altura de mi pecho.
-¿Qué? ¿No puedo tratar así a mi hijo?- preguntó divertido
-¿Te gustaría que te tratara así?- pregunté un poco molesta
-Por favor no creo que puedas…-
Enarqué mi ceja y luego sonreí, me acerqué a David y le quite a Alex de la espalda
-Por favor mamá no creo que…- lo tomé del tobillo y lo puse en mi espalda, era como si cargara a un bebe enorme, su peso no era nada en comparación de la mía
Con mi otro brazo acuné a Alex cerca de mi pecho y me nos dirigimos hacia la casa
-Mamá, bájame- dijo dando unos golpecitos a mi espalda
-Tu decías que no podía- dije como echándole la culpa
-Si échame la culpa- dijo cruzándose de brazos, yo le sonreí y lo bajé
-Gracias… ahora me das a mi hijo. Preguntó extendiendo sus brazos
-No, yo lo llevo-
Cruzamos el lumbral y lo deposite en su cama, lo tapé con una manta que estaba en su buró y le di un beso en los labios, apagué la luz y fui con David hacia la sala
-Así que tu y mi hijo ¿eh?- preguntó en un suspiro
-Ey, no fue mi decisión, dale gracias a tu abuelo por darme los genes lobunos- dije con una cara seria, pero luego los dos nos reímos juntos
-Es bueno tenerte de nuevo conmigo mamá- me dio un abrazo y no se quería desprender de mí, lo más dulce que puede lo separé de mí y le di un beso en la frente
-Me siento rara- confesé
-Yo no- dijo con una sonrisa
-Se supone que tú eres mi hijo y yo soy tu madre, mírate como creciste, nadie creería que yo soy tu madre-
-Tienes más genes de la abuela que del abuelo- suspiré estaba en lo cierto
-Sí, tengo el cuerpo de vampiro, pero los sentimientos de un lobo, y al parecer tu los invertiste tienes el cuerpo de un lobo pero al parecer tu eres inmortal, ¿cierto?-
-Si- suspiró- Es duro-
-¿Qué?-
-Verme más anciano de lo que tu estas- dijo con una sonrisa
-Ey, tampoco estoy tan vieja ¿eh?- dio frunciendo el ceño
-¿A no? ¿Cuántos vas a cumplir?-
-499 la próxima semana-
-¡499!- gritó una voz detrás de nosotros
-¡Alex!, no sabía que ya te habías despertado- dije mientras giraba mi cabeza para poder verlo
-¡Por Dios estoy imprimado con la abuela, ¡Quién lo diría!- dijo incrédulo
-No te preocupes, lo de la impronta lo puedo superar, de ahora en adelante te veré como a mi nieto- dije encogiéndome de hombros- Eso es lo que querías cuando conocieras a tu abuela ¿no?... Sólo olvida lo que paso hace rato y ya-
Él se acerco hasta ponerse enfrente de mí, agarró mi cara entre sus manos y sus labios cálidos se posaron sobre los míos, me quedé con los ojos abiertos, pero el beso que me dio transmitía ternura y pasión, todavía seguía sin moverme y me abrazó
-Te amo, aunque seas mi abuela, no sé qué es lo que siento por ti, pero cuando te veo, no sé, quiero protegerte de lo que sea, quiero ser tu compañero por siempre y no me importa tu edad o lo que eres, yo te amo-
-¡Oh, Alex!- le di un beso corto pero muy dulce- ¡Gracias!-
-A eso se le llama impronta- dijo David
-¿Impronta?- dijo Alex dudoso
-Luego yo te lo explico- le guiñe el ojo y él se sonrojo, Alex agarró una silla y se sentó detrás de mí, rodeándome la cintura con sus enormes brazos.
Me sentía algo mareada y tenía ganas de vomitar debido al olor de los hombres lobos, no estaba acostumbrada a su olor, bueno al de David si pero el de Alex no, el era un lobo completo.
Arrugué la nariz, hice una mueca y suspiré
-¿Qué sucede abuela?- preguntó Alex divertido
Le di un codazo y me volteé a ver a David
-¿Qué sucede mamá?-
-Me mareo por el olor que desprende Alex-
-¡Oye!- se quejó Alex, le saqué la lengua y reí divertida por su puchero
-Tú empezaste mi querido nieto-
Tomó mi cara entre sus manos de nuevo y me dio un beso corto, le acerqué mis labios apenas rosando los suyos, gruño ante la desesperación de no poder atrapar mis labios, yo misma tuve que poner mi boca encima de la suya y le di un beso corto, delineé sus labios con mi lengua y dejó escapar un pequeño gemido, que rápidamente cubrió con sus manos, de nuevo se había sonrojado, pero esta vez parecía tomate
-Hey, no tientes a mi hijo con uno de los pecados carnales- rio divertido, pero a la vez serio
-¿Todavía tiene el anillo de la pureza?- pregunté divertida, volví a mirar a Alex y él se había levantado para irse a su cuarto, cerró la puerta de un portazo
-Ups- dije apenas articulando la palabra- Voy a hablar con él-
-Creo que mejor debería hacerlo yo- sugirió David
Negué con la cabeza
-Yo voy- me paré de la silla y me dirigí hacia su cuarto, toqué la puerta antes de entrar pero no me contesto, entonces abrí la puerta y él estaba en el marco de la ventana mirando la luna. Me acerqué poco a poco a él hasta que quedé a su lado, también observando la luna.
No soportaba el silencio, así que hable en un susurro
-Lo siento- dije aún observando la luna
-No tienes nada de que disculparte- dijo negando con la cabeza, sentí sus ojos clavados en mí, yo seguí mirando la luna, que se había ocultado detrás de las nube
-No debí haber hecho ese comentario, creo que fue algo personal y lo lamento… no debí decirlo enfrente de tu padre-
Puso sus manos cálidas encima de las mías, acariciando mi mano con su pulgar dulcemente
-Ya te dije que no necesitas disculparte… solo dijiste la verdad- dijo encogiéndose de hombros
-No le restes importancia- dije volteándolo ver- alguien como tu…- dije negando con la cabeza- simplemente no puedo creer que sigas siendo… virgen-
-Quería que mi primera vez fuera especial, con la persona que amara…- se acercó a mí y me abrazó por la cintura acercándome a su cuerpo- con aquella persona que me hiciera sentir especial… y ya la he encontrado-
Tomó mi cara entre sus manos, y me beso tiernamente al principio, para luego volverse desesperado, ansioso.
Agarré dos puñados de pelo alejé su rostro del mío, dejando su cuello expuesto. Empecé con pequeños besos desde su clavícula hasta el lóbulo de su oreja, jalé un poco su lóbulo, y él empezó a respirar entrecortadamente, caminé hasta el borde de la cama de Alex y lo tumbé en la cama. Alzó su rostro para verme y yo me subí a ahorcadillas a la cama para tener mayor acceso. Noté como su pene se tornaba duro en mi entrepierna. Puse de nuevo mis labios en los suyos y empecé a besarlo mientras que mis manos se paseaban por su cuerpo.
Me alejé un poco para poder mirarlo a los ojos, pero los tenía cerrados. Cuando puse mi mano en el botón de su camisa, el se quedó como estatua y dejó de besarme
-Que sucede- dije respirando entrecortadamente
-Y…yo… no se qué hacer- susurró mientras adquiría un hermoso tono carmesí
-No te preocupes, es fácil…-
Él alzó la vista y su respiración se fue normalizando. Me alcé de la cama y de nuevo volvió a mirarme
-Lo siento- dijo mientras se acostaba completamente en la cama, cubriéndose con la manta
Suspiré y me arrodille en frente de él
-No te preocupes- suspiré- esta bien, si no quieres hacerlo, no te obligaré-
-No es que no quiera… pero me da… como decirlo… pena-
-¿Pena?- dije sofocando una risita que se me escapó
-No te burles- se tapó la cara con la manta, no traté de quitársela y me paré, de nuevo fui hacia la ventana, observando la luna
-Sabes algo… es raro que sientas pena… según yo creía que los hombres son los que más quieren sexo y a las mujeres debería darles pena… en vez de los hombres…-
-Pero yo no soy un hombre soy un lobo-
-Pero no completamente- susurré y suspiré- ¿Sabes lo que soy?- pregunté
-La mujer más hermosa del mundo- dijo sentándose en la orilla de la cama, lo volteé a ver y le sonreí
-No me refería a eso… sabes no soy como tu…- esperé que dijera algo pero no lo hizo así que continué- yo no soy una loba completamente, yo soy una híbrida, al igual que tu padre-
-No comprendo-
-Soy mitad loba y… mitad vampira-
Se me quedó viendo con atónito
-Vampira-susurró
-Si- dije suspirando y volteé a ver de nuevo a la luna- Yo soy así de nacimiento-
-¿Que otra sorpresa tienes guardada, eh?- preguntó de repente algo molesto- ¿Acaso también fuiste hechizada por una bruja?-
-Yo no, tu padre si, aunque en realidad fue una hechicera-
Se me quedó viendo de nuevo atónito
-Haber si entendí… ¿eres una vampira-loba, mi padre fue hechizado por una hechizera, eres mi abuela y los dos estamos imprimados?-
-Supongo que sí-
-Explícame una cosa… ¿Cómo está eso de que mi padre esta hechizado?-
-De acuerdo… antes cuando tu padre era un niño y yo era más joven… unos 390 años antes… nosotros, junto con tus tíos y tu bisabuela vivíamos en la Tierra de vampiros, era obscuro y alejado del sol, solo salíamos de noche para cazar…-
-¿Cazaban humanos?- preguntó interrumpiéndome
-Aún lo hacemos- dije asintiendo con la cabeza- tal vez de ahí dijeron que éramos inmunes al sol, pero no es así… unos cazadores de vampiros entraron a la ciudad y mataron casi a todos…-
-Mi padre mencionó algo de esas tierras pero creí que me estaba mintiendo, me dijo que era casi imposible entrar a esa Tierra, que según estaba vigilada por los vampiros más fuertes, cada metro estaba protegida por alguna de ellos, y si era tan impenetrable… ¿Cómo lograron entrar?-
-Yo los conduje a la entrada- dije en un susurro
-¿¡Tu!?- preguntó gritándome- No te creo capaz- entrecerró los ojos
-Sí, yo lo hice, en ese entonces yo era una vampira completa… estaba llena de odio hacia los aldeanos, hacia esa miserable Tierra, así que decidí borrarla del mapa… pero fue en esos momentos cuando despertó Sophie y…-
-¿Acaso no eres tu Sophie?- preguntó confundido
-No, yo soy Lilith-
-No comprendo-
-Recuerdas que soy mitad loba-
El asintió con la cabeza
-Ella es la parte lobuna, yo soy la parte vampírica- le mostré mis colmillos y el empezó a temblar, como si estuviera convulsionándose-
-¿Te encuentras bien?-
-¡Tu!- dije enojado- ¿Cómo pudiste hacer eso?-
-Fácil- me encogí de hombros- Ella unos días antes de que yo iniciara mi plan despertó, y me dejó encerrada en una parte de su corazón. No sé como lo logró pero lo hizo. Ella era muy débil y carecía de fuerza… de hecho aún lo es… Me introduje en su mente y hice que introdujera a los cazadores de vampiros, cuando lo hice dejé que ella dominara de nuevo su cuerpo y huyó de ahí, la hice sentir culpable, ya que yo le metí la idea de que ella los había asesinado, por ser una miserable cobarde, y que no dio la cara por sus aldeanos.-
-¿¡Así que así sucedió!?- gritó David a mi espalda
-Si- suspire- Lo siento
Se puso a mi lado y me tomo de los hombros alzándome hasta la altura de su cara
-¿Cómo pudiste?-
-Lo siento- dije en un susurro- es que estaba tan llena de odio… ya que tu padre… el que decía que me amaba, cuando era vampira no me miraba con la misma dulzura que cuando miraba a Sophie, lo vi a través de sus ojos, fue cuando decidí vengarme de todos, sabes ahí antes también vivían los primeros hombres lobos, solo quería matarlos a ellos, a causa de tu padre… pero cuando los introduje a la aldea, quería que Sophie los viera morir, ella amaba a los vampiros que vivían allí, incluso más que los de su especie, de hecho ella se llegó a enamorar de uno… ¿recuerdas a Blake?-
-Si-
-Ella se enamoró de él, pero nunca lo quiso aceptar, en cambio yo, alguna vez me enamore de Leo, cuando me dijeron que estaba muerto… no pude más y quise vengar su muerte, sabía que alguien de las Tierras lo había matado, pero nadie dijo nada, por otra parte también por esa razón los asesiné, se llevaron al hombre que amaba.-
Volteé a ver a Alex, y se crispó de dolor. Forcejeé para que David me soltara pero no lo hizo
-¿Por qué nunca me dijiste esto?-
-Lo siento- dije agachando mi cabeza
-Contéstame bien… ¿Por qué nunca me dijiste esto?-
-y…yo…n…no se- tartamudeé
-¡Por Dios!, ¿¡Cómo demonios no vas a saber!?- me gritó
-David bájame- dije forcejeando contra sus enormes manos
-¡Por qué no me lo dijiste!-
Mi mano derecha voló hacía su mandíbula y se escuchó como si golpeara una roca. Hize que su rostro girara un poco, me miro con los ojos en blanco y casi en automático me soltó. Caí de rodillas al suelo junto con David, mis nudillos estaban rojos por la fuerza que utilicé.
-¡Papá!- gritó Alex- Papá, ¿Te encuentras bien?-
-Debo irme- dije apresuradamente
-No- se interpuso entre la entrada y yo
-Deben de estar preocupados, en especial Blake y…-
-Por lo que yo vi, el estúpido ese solo te quiere para gozarte-
-¡De eso es de lo que me alimento!... ¡del sexo!-
-¿Qué?-
-Además de alimentarme con sangre, yo me alimento también con el sexo-
-¿Qué demo…?-
-Lo siento debo irme- lo interrumpí
Salí corriendo para ver si podía esquivarlo, pero él era más rápido que yo, me tomó de la cintura y me sujeto, contra su pecho. Alcé mi rostro para poder ver su mirada y el miraba hacia el techo con los ojos entrecerrados
En fuerza yo le ganaba, en eso estaba segura, le di un codazo en las costillas y él se quejó del dolor, vaya, pensé que le había dado quedito, con la fuerza necesaria para que soltara, pero no para que lo lastimara.
Corrí en dirección a la ventana, cuando estaba a punto de saltar, algo me agarró por las manos y con un movimiento en mi nuca quedé inconsiente.
Capi 3
Estaba soñando algo extraño, soñaba que me encontraba en mi cama, pero en una casa diferente, y de pronto apareció una silueta recargada en el marco de la puerta, con la mirada gacha, se quedó así unos instantes y luego alzó el rostro para mirarme. Eran los mismos ojos que había visto anoche. Pero algo estaba mal… Olía a perro mojado. Cerré los ojos y ya no estaba, di media vuelta y allí se encontraban aquellos ojos azules que me habían hipnotizado, contra toda voluntad me acerqué y empecé a besarlo. El me correspondió el beso y luego desapareció entre las sombras. Me paré de la cama y noté que estaba desnuda. Corrí para alcanzarlo pero no pude, entonces de improviso algo me sujeto por la espalda y me dejo inconsciente y me desmayé.
Empecé a escuchar a los pájaros cantar y una tele que cambiaba de canal a cada rato.
Abrí los ojos y alcé el rostro, aún seguía Blake conmigo. Le acaricié el rostro y le di un beso en la frente. Al parecer lo desperté y abrió los ojos con una sonrisa en el rostro.
-Hola- susurró con voz ronca
-Hola- dije
El empezó a mirarme de nuevo de arriba abajo y su sonrisa se ensancho más. Bajé la mirada a mi cuerpo y estaba desnuda, volteé a verlo y él también lo estaba
-Oye- me quejé- ¿cuando me quitaste la ropa?
-Cuando te dormiste… ¿acaso no te diste cuenta?-
-Nop- dije negando con la cabeza
-Es extraño por que cuando te la empecé a quitar, tú me estabas besando-
Recordé mi sueño y…
-¡Oh!- exclamé- Así que eras tú-
-Que, ¿creías que era el chupa cabras?- se empezó a reír un poco más fuerte de lo usual
-Ja, ja, si- dije apática
-¿Qué te sucede?- dijo mientras me acercaba a su cuerpo y me daba un beso en mi frente
-Nada- me acurruqué en su pecho
-Ya sé que te pondrá de ánimos-
-¿En serio?- enarqué una ceja
-Sip- dijo mientras se paraba y ponía su cuerpo sobre el mío
-¿Cómo?- dije con una sonrisa
-Así- susurró y me empezó a besar en los labios, no como ayer, sino que esta vez fue con dulzura, empezó a darme besos cortos desde mi cuello hasta mi clavícula, mis manos no se quedaron atrás y empecé a recorrer su musculosa espalda, me separé un poco de él y lo miré a los ojos. El me miraba con demasiada ternura, tanta que no podía soportarlo, le di un corto beso en los labios y me paré.
El no dijo nada y también se paró junto con migo, me fui a la regadera con Blake detrás de mí como si fuera mi sombra. El baño duró más de lo que pensaba gracias a Blake que no paraba de besarme.
Nos secamos y nos pusimos nuestra ropa. Yo me puse topless negro junto con un chaleco blanco, y unos flaps negros, dejé mi pelo suelto. Y Blake se puso una playera negra que marcaba sus bien formados bíceps y su pecho junto con unos pantalones rotos de mezclilla y unos tenis. Cuando se alejó me quedé como boba admirando su bien formado trasero, lástima que anoche no le había dado un mordisco ahí.
Bajé las escaleras y mi madre se encontraba en la sala junto con Mía, y al parecer Mei seguía en su recamara arreglándose para ir a la escuela.
Iba a dar media vuelta para ir a correr a mi habitación para escabullirme, pero Blake de nuevo estaba detrás de mí.
-Hola- susurre
-Hola- me sonrió
-Hmmm… esto… me darías permiso-
-¿Vas a alguna parte?-
-Sí, arriba… creo-
-Te acompaño-
-No, no, no, yo puedo subir sola te lo aseguro- le di un beso en la mejilla y subí corriendo hacia mi cuarto, cuando estaba dispuesta a saltar algo me jaló por el brazo y me hizo entrar de nuevo a mi habitación
-¿A dónde vas amor?- preguntó Blake
-A ninguna parte- susurré nerviosamente- Solo verificaba como estaba el clima- me chupé el dedo y lo alcé en el aire- estamos a 26 grados que sorprendente… adiós-
Antes de que pudiera dar un solo paso el interpuso la salida con su brazo
-¿Qué crees que haces? Déjame salir- me quejé poniendo mis brazos a la altura de mi pecho
-Lilith acaso no me quieres- dijo en tono lastimero
Me quedé con los ojos abiertos, ¿Cómo se le ocurría decirme que si no lo quiero?, es evidente que no, yo jamás puedo querer a alguien, jamás en mi vida como vampira lo he hecho, no hasta que Sophie despertó
“Claro que puedes amar siendo una vampira” me contradijo Sophie “De hecho lo estás haciendo ahorita”
-Calla- susurré molesta, me acerqué a Blake le di un beso en los labios y luego lo abracé por la cintura
-Claro que te quiero-
-¿Entonces por qué no quieres estar conmigo?-
Suspiré y lo llevé a la cama y nos sentamos en la orilla
-No es que no quiera, pero entiende que tampoco podemos estar por siempre juntos-
El se quedó quieto como una estatua y de pronto su voz se volvió salvaje
-Claro que siempre vamos a estar juntos, por siempre, y si no eres mía no serás de nadie más- me aventó hacia la cama y se empezó a quitar su playera, no tuve tiempo de reaccionar ya que sus labios se posaron sobre los míos, Blake me estaba besando con violencia y yo intentaba alejarme de él, pero él era demasiado fuerte para mí
-Blake, quítate- forcejeaba contra su cuerpo para poder quitarlo un poco y así poderme escapar, aplastó su cuerpo contra el mío impidiéndome salir
-Blake me lastimas- no obtuve respuesta, empezó a bajar por mi cuello y escuché algo romperse, había sido mi ropa que estaba desgarrada en el suelo junto con mi bra. Empezó a descender su boca hacia mis pechos, hasta que sentí una lengüetada en por ya mi erecto pezón. Con su mano empezó a masajear mi otro seno, logrando sacarme un profundo gemido
-¿Se siente bien, no Lilith?-
-Blake- la palabra salió distorsionada a causa de mi gemido, ya que él había succionado mi pezón, noté como empezaba a mojarme y sabía que él lo sabía. Ya que volteó a verme y su rostro reflejaba una sonrisa. Empezó a descender su mano peligrosamente hasta mi entrepierna, volvió su boca contra la mía con la misma violencia que antes
-Dime que me amas- dijo Blake
-Suéltame- intente soltarme pero fue inútil mi intento, me sentí débil de pronto, no me había alimentado bien ayer. Saqué otro gemido mientras Blake soba mi clítoris por encima de la delgada tela.
Empecé a jadear no solo por la excitación, si no porque también el peso de Blake me dificultaba respirar. No sé que continuó a continuación que me sentía más ligera, algo había tumbado a Blake de la cama. Blake de pronto expuso sus dientes y se abalanzó contra algo que no pude ver, era la silueta de alguien. De pronto se hizo el silencio y me paré de la cama asustada, cubriéndome con las cobijas para que aquel extraño no me viera.
Bajé la vista y Blake se encontraba en el suelo con los ojos cerrados, miré horrorizada el cuerpo de Blake, tenía algunas partes del cuerpo llenas de sangre, y otras más desgarradas, alcé la vista para ver quién lo había hecho y me quedé con la boca abierta
Unos pares de ojos azules me estudiaban el rostro, eran los mismos ojos de anoche
-¿Te encuentras bien?- me preguntó la voz más sexy del mundo
-y…yo…yo…- tartamudeé
“No seas estúpida, háblale bien” decía Sophie en mi interior
-Si- susurré agachando la cabeza- Gracias-
-Oye- dijo agarrando mi barbilla para que lo volteara a ver- no tienes nada que agradecer-
Empecé a respirar entrecortadamente, por fin podía ver su rostro. Tenía el cabello corto y negro, su piel tenía una tonalidad entre pálida y cobriza, tenía unos labios carnosos, los cuáles me encantaría probar y aquellos ojos azules de un azul tan intenso que no había dejado de pensar en ellos. Simplemente era perfecto.
Algo dulce oprimió mis labios sacándome de mis pensamientos. Era dulce y tierna a la vez. No sabía qué hacer, estaba demasiado nerviosa. Mi mano salió disparada hacia su mandíbula, no creo que le haya hecho daño pero si fue lo suficiente para lograr alejarlo de mí.
Me quedé mirando horrorizada mi mano, temblaba de pies a cabeza y tenía los ojos demasiado abiertos.
Me dejé caer en el suelo mirando fijamente la mano con la que le había pegado
¿Pero que acababa de hacer?
“¡Le acabas de pegar!, ¡eso es lo que hiciste!” gritaba Sophie
Empecé a llorar descontroladamente, todavía temblaba y me pegué a la pared lo más que pude. Él empezó a avanzar hacia mí
-¡No te acerques!, no quiero hacerte daño
Una parte de mi cerebro me decía que era una tonta por tratarlo así, obviamente la parte en la que estaba Sophie, y por otra parte me decía que así se hacía, tenía que dejar en claro que él ni nadie podía tocarme
Algo cálido rozó mi mano y automáticamente me alejé de él, mi cuerpo no estaba acostumbrado a semejante temperatura y ni tampoco al hedor que emanaba su cuerpo.
Él suspiró y se quedo en silencio por un buen rato, no escuchaba nada que no fuera la respiración de aquel chico que estaba a mi lado y que no sabía quién demonios era, y mi llanto.
Pronto también me quedé en silencio, me ardían los ojos de tanto llorar, eso es algo que odiaba, sentirme débil a pesar de ser una vampira. Tal vez mi cuerpo era duro y frio, pero gracias a Sophie tenía sentimientos, podía aniquilar a cientos de personas sin ningún resentimiento pero Sophie desde que despertó se apoderó de mi corazón volviéndolo cálido, más cálido de lo que yo hubiese querido.
Cerré los ojos y me quedé dormida.
Un rato después entreabrí los ojos, el sol ya se estaba ocultando y algo cálido me sujetaba en la cintura. También sentía una cálida respiración en mi cabeza. Abrí un poco más los ojos y no estaba en la habitación, de hecho no estaba en un lugar que yo conociera. Era de madera, pequeña pero acogedora, me encontraba en una amplia cama, alcé mi vista y me alejé lo más rápido que pude y me puse en la esquina más alejada que podía.
Al parecer lo desperté, todavía estaba soñoliento, me miro y se volvió a voltear, con un rápido movimiento de cabeza puso de nuevo su rostro en mi dirección y me miraba ya con los ojos abiertos, como si fueran a modo de disculpa.
-Lo siento- dijo frotándose su pelo- Necesitaba traerte aquí, no soportaba la idea de que te revolcaras con ese imbécil
-¿Te refieres a Blake?-
-Ese es el nombre de la sanguijuela?- dijo enarcando una ceja
-No lo llames así- entrecerró los ojos
-Sabes- dijo pensativo- iba a traerte desde el primer día que te vi, para ser más exactos desde antier- me sonrió- pero al parecer lo estabas disfrutando y no quería interrumpirte- se sonrojo
-¿Pero…?-
El prosiguió ignorando mi pregunta
-Me quedé cerca de tu casa, por si necesitabas mi ayuda-
Bufé… ¿Yo necesitar su ayuda?, me empecé a reír
-¿De qué te ríes?- pregunto confundido
-De nada- le sonreí tímidamente- continúa
-Y me alegro de haberlo hecho, si no me hubiera quedado, supongo que aún seguirías tratando de quitarte a ese estúpido- dijo con voz dura
-Yo me las podría haber arreglado sola- dije cruzándome de brazos
-¿En serio?- preguntó divertido
-Por supuesto, y si me disculpas necesito irme de aquí-
Él se paro rápidamente de la cama y con un ágil salto estaba enfrente de mí
-No, claro que no te vas-
-Claro que si-
-Que no-
-Que sí-
-¡Que no!-
-¡Que sí!- dije exasperada, me di media vuelta y me senté en el borde de la cama cruzándome de brazos, sabía que nunca le podía ganar a aquel chico en testarudez, no es que no lo fuera, pero no iba a discutir con el
Sonrió de oreja a oreja y se sentó un poco alejado de mí, volteé la cara en modo de enojo, pero como vino mi enojo se fue, había una foto encima de una mesita, me acerqué curiosa y la examine
En la foto aparecen dos personas, un adulto y él chico que estaba sentado en la cama. Aquel hombre era David, se me formo un nudo en la garganta, David me dijo que era mi hijo y me lo demostró con su marca en su brazo izquierdo, esa marca significaba que éramos hijos de la luna, cada hombre y mujer lobo lo tenían en alguna parte del cuerpo, algunos en la espalda otros en su pecho, otros en su muñeca, lo único especial de la marca que David y yo poseíamos era que nuestra luna era un tono más luminoso que el de todos, en vez de ser del color de la piel, como se supone que era, el de nosotros, se acercaba mucho al color plateado, mi padre me había explicado que era por la reacción de mi sangre de vampira.
Sentí una respiración en mi espalda, agarré la foto y me di media vuelta. Estábamos a tan escasos centímetros, casi pude sentir su cálida respiración en mis labios, él puso una mano en mi mejilla, se estaba acercando y estaba cerrando los ojos. Empecé a respirar entrecortadamente y moví mi cabeza bruscamente. Él abrió los ojos de golpe y se alejó un poco sonrojado
-¿De dónde conoces a David?- pregunté curiosa
-¿Tú lo conoces?- preguntó asombrado- Bueno él es mi padre
Tosí demasiado fuerte a causa de la impresión, él chico se acercó y me dio unas palmaditas en la espalda, me dejé caer en el suelo y me quede atónita mirándola la foto
-¿E…él… es tu…p….padre?- tartamudeé
-Sí, es un gran tipo, aunque últimamente no lo he visto, dice que está buscando a su madre o algo por el estilo, la última vez que hablé con él me dijo que la había encontrado, pero que ella se había rehusado de ir con él. Mi abuela debe de ser muy fuerte para enfrentarse así a mi padre, me gustaría conocerla, mi padre me ha contado de ella, él me dijo que cuando era chiquito, ella lo cuidaba con mucho amor, pero cuando alguien trataba de atacarlo él la defendía, como una loba defiende a sus lobeznos, no le importaba salir herida por él. Espero que ella sea así con migo- dijo entusiasmado con la idea
Se me formó de nuevo el nudo en la garganta y empecé a llorar
“Mi pequeño bebé” dijo Sophie con tristeza “A necesitado a su madre y no he estado con él para cuidarlo”
-Ey, ¿por qué lloras?- dijo alarmado- No, no llores
-¿En serio él te dijo eso?- dije sollozando
-Si… pero no entiendo porque lloras-
No le contesté, esta vez yo era la que lloraba, yo la vampira, jamás pensé que diría esto pero, mi niño a extrañado a su madre y yo me he portado con él como una idiota.
Alcé mi cabeza violentamente y puse mis manos a lado de sus brazos
-Necesito hablar con tu padre- dije desesperada- Necesito saber donde esta-
-Yo… yo no sé donde está-
-Oye chico me tengo que ir-
-No me llamo chico- dijo haciendo una mueca- Mi nombre es Alex-
-De acuerdo… Alex, necesito irme en serio… por favor necesito irme-
-Ahora que lo pienso- dijo ignorando mi petición- no se tu nombre-
-Sophie- dije, fruncí la boca… no me gustaba usar el nombre de Sophie
-Que raro… así también se llama la madre de mi padre… pero el de ella es Sophie Lilith… pero aún así es lindo… Sophie- me dedico una sonrisa cálida
-Alex, necesito irme-
-Ya te dije que no te dejaré ir-
-Bien si no me dejas ir, me iré por mi cuenta- Corrí en su dirección pero antes de que él pudiera agárrame, logré rodearlo y salí disparada como una flecha hacia el bosque, que bueno que la puerta estaba abierta, porque si no la hubiera destruido para poder salir de ahí. Escuché que Alex me llamaba corriendo detrás de mí, quería correr en su dirección pero mi prioridad ahora era encontrar a mi hijo, antes de que saliera del bosque choqué con alguien, caí al suelo y estaba a punto de disculparme, alcé el rostro y me quedé sin palabras no salía de mi garganta ningún sonido. Me quedé con la boca abierta obligándome a emitir algún sonido, no salían absolutamente nada
-¿Mamá?- preguntó David
-¿David…?- pregunté confundida, mis ojos se enfocaron en su rostro y con un rápido movimiento me pare y lo abracé por la cintura, David era un cabeza más alto que yo, me recargué en su pecho desnudo y empecé a llorar- Oh, David, cuanto lo siento no quería herirte, pero con lo del caso de los cazadores y lo de la hechicera… es que cuando te arrebataron de mi lado… yo no supe si… yo pensé que estabas- se me quebró la voz
David puso sus brazos alrededor de mi espalda y me acerco más a él, de pronto algo húmedo rodó por sus mejillas hasta su pecho
-Oh mamá, no sabes cuanta falta me has hecho- dijo, de pronto recordé a mi pequeño hijo, un niño pequeño de 8 años con sus mejillas todas rojas al igual que sus ojos, estaba llorando ya que é ya sabía que su padre estaba muerto.
“~Mami…donde se encuentra mi papi?~ preguntaba David sollozando
~El ya no se encuentra con nosotros, se fue a un lugar mejor~ dije abrazándolo con un nudo en la garganta
~Mami, puedo ir con mi papi~ dijo llorando
~Algún día tu y yo nos iremos a reunir con él, pero todavía no es tiempo que vayamos con él~
~ Mami, cuando llegará ese día~
~No lo sé mi niño, pero te aseguro que el nos va a estar esperando para que los tres nos vayamos juntos- dije tratando de sonreír
~Me lo prometes mami~ dijo con una carita triste que hizo que me desmoronara en mi interior
~Te lo prometo, a donde vayamos los tres siempre estaremos juntos, aquí~ señalé donde latía débilmente su corazón”

-Shhhh, no llores- dije abrasándolo más fuerte, le di un beso en la frente y los dos nos sentamos en el suelo. Aunque él estuviera ya grande para estas cosas, lo acuné en mi pecho y empecé a tararearle una canción que solía cantarle de pequeño, la verdad no me acordaba mucho de la letra.
Pronto escuché pisadas cerca de nosotros, aquel dulce aroma se quedó a varios metros de distancia, volteé a verlo y sus ojos estaban en blanco me miraba a mí, luego a David, miro mis manos y de nuevo volvió a mirarme a mí
-¿Papá?...- preguntó confundido
David saltó de mis brazos y se puso de pie, sus ojos aún estaban rojos
-¿Qué crees que estás haciendo?- de repente la voz de Alex se torno dura, con odio
-Alex, esto no es lo que parece- dije tratando de razonar con él
-¿Para eso querías ver a mi padre? ¿Para besuquearte con él?- me pregunto con demasiado odio
-Espera, ¿ustedes ya se conocieron?- preguntó David
-Ella es la chica de la que te hablaba, ella es mi impronta-
Mi corazón salto de alegría, al parecer los dos sentíamos la misma atracción, de repente sonreí de pura alegría
-Oh, Alex…- iba correr a abrazarlo pero él se dio media vuelta y camino en dirección a su casa
-Alex, no te vayas- dije con voz suplicante
El me volteó a ver y murmuro
-Eso ya no importa- su voz sonaba quebrada, quise mirar sus ojos para comprobar que lloraba
Corrí en su dirección, y me puse enfrente de él, él no me miró a la cara y me rodeó, volví a ponerme enfrente de él, Tomé su cara entre mis manos y le di un beso en los labios, su primera reacción fue apartarme de él, lo empujé hasta un árbol y puse su manos encima de su cabeza imposibilitando moverse, el forcejeó y yo aplaste mis labios de nuevo pero con más urgencia esta vez, él trataba de apartarse, tiré un poco de su labio y no forcejeó más, tomó mi cara entre sus manos y me empezó a besarme fieramente, entreabrió su boca y aproveché la situación, introduje mi lengua a su boca y él me entregó la suya con gusto, nuestras lenguas danzaban a un ritmo frenético, agarré dos puñados de su cabello y lo acerqué más hacia mí. Cuando me hizo falta el aire, empecé a descender hasta su mandíbula, acerqué mis labios a su oído y le susurré
-Alex… tú también eres mi impronta… y te amo-
-Oh… Sophie- Volví mi boca a sus labios y lo bese esta vez con más calma, con más ternura. Me separé de él y él me acerco a su pecho y me dio un beso en la frente
-Yo también te amo-
-¿Desde hace cuanto se conocen?-
-Desde ayer- dijo Alex
-Quiero que conozcas a tu abuela Alex-
Alex me puso a su lado y me abrazó por la cintura
-Te va a agradar la abuela Sophie, aunque no la conozca se que es una gran mujer-
Me empecé a reír y David se rió conmigo, Alex se nos quedó viendo y al cabo de un rato pregunto
-¿De qué me perdí?- preguntó Alex confundido
David estaba a punto de hablar pero antes de que emitiera sonido alguno lo interrumpí
-Deja que le explique yo- le sonreí
-¿Explicarme qué?-
-Alex, yo soy tu abuela- dije sonriendo
Capi 2
¡Mi niño! Exclamaba Sophie dentro de mí
-A sí que todavía sigues aquí ¿eh?- dije hablando con migo misma
“Ni de coña dejaría que te apoderaras de mi cuerpo”
-Lo siento por ti, pero es mi cuerpo ahora… y lo será siempre-
-Mamá te encuentras bien- preguntaba preocupado David
-Escúchame- lo miré y no era el niño que recordaba este era un hombre- tú no eres mi hijo, mi hijo era un niño pequeño de unos 6 años y aparte el ya está muerto- dije con voz fría
-Mamá, mírame a los ojos- tomó mi cara entre sus manos y me aparté automáticamente, su mano ardía y su peste me mareaba
-Ni se te ocurra tocarme otra vez- dije amenazándolo
Busqué alguna salida y la encontré detrás de David, me puse de cuclillas y salté por encima de él, corrí y logré salir de aquel cementerio. Me fui directo a mi casa
-¡Hola a todos!- dije feliz
-¡¿Dónde demonios te encontrabas?!- me gritó Blake
-No es de tu incumbencia- susurré sentándome
-Claro que lo es, eres mi amiga y realmente te quiero mucho-
-Ja, ja no me hagas reír, a la que quieres es a Sophie, no a mi- dije frunciendo el ceño
El se quedó callado se le habían acabado las palabras, le sonreí y seguí hablando
-Además, ¿Tendría yo esperanza de que me quisieran?, ¿Cómo soy yo?, Lo dudo en realidad, pero estoy acostumbrada, he visto a través de Sophie como la quieren, que la prefieren a ella en vez de a mí, sino porque otra razón me hubieran encerrado…- me quedé pensativa y volví a sonreír- o tal vez es porque temen a lo que pueda hacer-
Blake estaba a punto de hablar, pero con mis dedos forme un tipo pinza y se lo puse en su boca para que no pudiera hablar
-No- dije negando con la cabeza- déjame terminar- sabes la verdad a mi me gustaría que me tratasen igual que a Sophie… bueno como Sophie así que digamos no, pero me gustaría que me quisieran como soy- di un suspiro y me levanté- Bueno, me voy a mi cuarto-
Subí las escaleras y entré a mi cuarto, cerré la puerta con llave y corrí a acostarme a mi cama
-Me siento tan débil- dije en un leve murmullo- Tengo que alimentarme y pronto-
“Ni se te ocurra” decía Sophie
-Y quien me la va impedir ¿tú?- me empecé a reír- ¿Sabes cómo me alimento Sophie?, Yo no me aliento como ustedes, matando a personas… de acuerdo las mato y bebo de su sangre, pero después de pasarla bien un rato… ¿Sophie te molestaría que usase tu cuerpo como un juguete?- sonreí
“¿Y tú qué crees?” preguntó incrédula
-Supongo que no, gracias Sophie… eres tan considerada-
Sentí su enojo y eso me hizo que sonriera aún más
Mañana en la noche me alimentaria y sabía exactamente quién era el candidato perfecto para el puesto, pero antes necesitaría ir de compras para preparar todo para mañana… Me cambié mi ropa y me puse una blusa negra, que me llegaba por arriba del ombligo y unos leggins blancos.
Salí por la ventana y me fui a Victoria´s Secret a comprar todo lo necesario, una bata transparente, un encaje negro demasiado atrevido… entre otras cosas. Mañana sería mi gran oportunidad para retomar fuerzas y encerrar de una vez por todas a Sophie.
Llegué a la casa de por ay a las 12 de la noche, al parecer nadie se había dado cuenta de que me había ido, abrí la puerta y bajé las escaleras
Mi madre se encontraba en la sala cambiando de canales, al parecer no quería ver un canal en específico, y al parecer Blake y Mía se encontraban en su cuarto y Mei… la verdad no sé donde se encontraba y me daba igual
Empecé a subir las escaleras y algo me detuvo por el brazo
-¿Sophie?- preguntó mi madre
Negué con la cabeza sonriendo
-Nop, Lilith-
-¿Por qué?- en su cara reflejaba tristeza
-¿Por qué? ¿Por qué no me puedes querer como soy? ¿eh?- noté como las lagrimas amenazaban con salir- ¿Por qué?-
-Lo siento- dijo agachando la cabeza- No puedo-
Entonces mis lágrimas brotaron como si fuera una cascada pero a pesar de todo siempre trataba de sonreír
-De acuerdo- sonreí tristemente- Lo siento no volveré a molestarte- jalé mi brazo y subí las escaleras lo más rápido que pude, a velocidad vampiro.
-Sophie... ¿Cómo has est…?-
Entré a mi cuarto y le cerré la puerta en la cara. No estaba de humor para platicar. Ni siquiera mi madre, la que me dio la vida me quería, ni siquiera la que… empecé a llorar descontroladamente sobre mi cama, y entonces alguien tocó a la puerta
-Lilith… ¿puedo pasar?-
-No quiero ver a nadie- dije en un murmullo
Abrió la puerta y se sentó en el borde de la cama
-Largo, no quiero ver a nadie- dije mientras abrazaba mi almohada
-Lilith mírame-
Le hice caso y volteé a verlo, no llevaba nada puesto excepto unos bóxers negros ajustados
-Tapate- dije mientras le lanzaba la almohada, ni siquiera me moleste en verlo como lo hubiera hecho si no estuviese demasiado triste
El la esquivó, se situó en mi espalda y me abrazó por la cintura
-¿Qué demonios crees que estás haciendo?- dije dándome vuelta para quedar enfrente de él
-Estas débil, ¿No es cierto?- dijo mientras me daba un beso en mi frente
-Sí pero, ¿Eso que tiene que tiene que ver con que estés así?- dije mirando sus bóxers
-Hoy te vas a alimentar-
Parpadeé varias veces por causa de la impresión de lo que me estaba diciendo
-¿Dijiste que me iba a alimentar hoy?, pero yo estaba preparando todo para mañana, para que saliendo de la escuela me trajera a Adrian y así yo podría…- Blake aplastó sus labios contra los míos, al principio me quedé en shock, pero luego mis labios se movieron con los suyos, coloqué mis manos alrededor de su nuca y lo atraje hacia mí. Sentía como su pene iba creciendo y endureciéndose cerca de mi muslo, empecé a jadear por la falta de aire, me separé un poco de Blake para darme media vuelta y quedarme encima de él.
-No te me vas a escapar- tomé la soga que se encontraba en mi buró, se suponía que la utilizaría mañana, pero al parecer la utilizaría esta noche
Amarré las manos de Blake por encima de su cabeza a modo de que no se soltara, él no intento zafarse, en vez de eso, se relamía los labios endemoniadamente sexy, con tan solo pensar que de nuevo disfrutaría lo que más me gustaba hacer, noté como me empezaba a mojar.
-¿Qué te gustaría hacer?- pregunté mordiéndome el labio
-Lo que tú quieras-
-Sabes, esas palabras pueden ser peligrosas- dije mientras subía por su abdomen ahorcadillas
-Es un riesgo que correré-
Me acerqué a sus labios y un gruñido casi salvaje escapó de su pecho, volviendo el beso más apasionado, más hambriento. Blake empezó a descender por mi mandíbula hasta mi cuello con pequeños besos. Empecé a recorrer con mis manos su bien trabajado abdomen, el cual estaba decorado con ocho suculentos cuadros y terminaba en sus caderas con una magnífica “V”. Empecé a acariciar sus ya endurecidos pezones, y el emitió un delicioso gemido como respuesta.
Empecé a bajar mis manos un poco más hasta llegar al elástico de su bóxer, tiré un poco de él y Blake emitió un gruñido. Me reí ante su expresión y me alejé un poco para mirarlo a los ojos
-Blake… ¿Seguro que quieres hacer esto? No importa que me dejes así, pero quiero que sepas que no estás obligado a…- él silenció mis boca con un beso corto en los labios y negó con la cabeza
-Estoy completamente seguro- me sonrió de la manera más tierna que haya visto
Presioné mis labios contra los suyos con más urgencia que antes, delineé sus perfectos labios con mi lengua, logrando hacerlo estremecerse, tiré un poco de su labio y sacó otro gruñido, esta vez trataba de zafarse, pero no lo conseguía y nunca lo conseguirá a menos de que yo lo desamarrara.
Me senté en su regazo y de forma instintiva empecé amover mis caderas en un movimiento lento y constante, empezaba a gemir, ya que notaba como su pene estaba duro y erecto, listo para estar en lo más hondo de mí. Besé de nuevo sus labios introduciendo mi lengua en su boca, explorando cada roncón de aquella cavidad que hacía que enloqueciera. Por unos momentos nos quedamos así. Pero luego algo apareció detrás de nosotros. Sonreí con malicia por la persona que acababa de entrar al cuarto
-Hola… Mía- dije mientras deslizaba mis manos dentro de su bóxer, sacándole un gemido
-¿Bl…blake?- Tartamudeó
-Así es- dije mientras rodea todo su pene con mi mano
-¿Cómo pudiste hacerme esto?- chilló
-Oh, vamos… Yo no lo obligué a hacer esto… el vino por decisión propia… ¿No es así Blake?- empecé a masajear sus testículos, logrando que Blake emitiera un largo y profundo gemido
-¿Entonces por qué jodidos lo tienes amarrado?-
-¿Qué nunca has odio acerca de los juegos sexuales?- dije mientras me volteaba para encararla, dejando a Blake en la cama jadeando
-¡Eres una estúpida!- gritó y se abalanzó sobre mí, yo era un poco más rápida que ella y me situé en su espalda, dejándola inmóvil
-Sabes… en estos instantes podría matarte- dije mientras notaba como mis colmillos empezaban a crecer- pero no lo haré… tendré misericordia y te dejaré ir… pero sin advertirte una cosa… cuando lo haga mío… te juró que jamás se acercará a ti, y solo me mirará a mí con amor… ¿entiendes?-
-¿!Qué no planeas matarlo!?- dijo con los ojos en blanco
-Nop- dije sonriendo- tengo planes para él
-Eres una…-
-Lo sé- dije interrumpiéndola- y me encanta serlo- dije con una sonrisa maliciosa- y ahora si me disculpas… tengo un asunto que resolver-
-Te juro que no te la vas a acabar- dijo amenazante
-Uy! mira como tiemblo- me reí y volteé para ir de nuevo con Blake, no me importaba si se quedaba mirando o no, con tal de saciar mi hambre todo daba igual.
-¿En qué nos quedamos?... o cierto… nos quedamos- deslice mis manos dentro de su bóxer- ¡aquí!- y empecé a masajear sus testículos de nuevo, exclamó un gemido demasiado largo y noté como me mojaba aún más
-Lilith…- dijo en un gemido
-Dime-
-Quiero tocarte-
-Perdón, no te escuché- sonreí pícaramente- ¿Qué fue lo que dijiste?-
-Dije que necesito tocarte-
Me mordí el labio y empecé a desabrocharme la blusa lo más sexy que jamás haya visto y lo miré directamente a los ojos. Noté como ponía sus ojos en blanco y ahora sí se movía demasiado en la cama tratando de zafarse.
-¿Qué sucede Blake?... ¿Acaso no te gustan los juegos?- dije mientras dejaba caer mi blusa a mi lado
Se le escapó un gruñido de su pecho
-Acaso no te gusta…sentirte bien- dije mientras me quitaba los leggins dejando únicamente en un encaje negro demasiado atrevido
Me acerqué a él con paso lento, lo más sexy que pude y me quedé enfrente de él sin decir o hacer algo, solo me quedaba viéndolo directamente a los ojos mientras él me recorría con la mirada, con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro.
-¿Sabes que eres hermosa?- preguntó relamiéndose los labios
-¿Y tú sabes que eres jodidamente sexy?- dije mientras subía por la cama hasta quedar a la altura de su cara
Acerqué mis labios rosando apenas los suyos, incitándolo a tratar de atrapar mis labios.
Me reí ante su inútil intento de atrapar mis labios, bajé de nuevo hasta la altura de sus bóxers y se los quite de un simple jalón
-Pobres bóxers- dije fingiendo tristeza- me gustaban demasiado-
-a mí también me encantaban- dijo respirando entrecortadamente
Volteé a ver su erección y me quedé con la boca abierta, recordaba que era grande, pero ahora que lo volvía a ver era simplemente E-N-O-R-M-E, sí, esa era la palabra adecuada para describirlo, y su erección parecía que decía por si sola “Presente”, me mordí el labio al pensar que pronto eso estaría dentro de mí.
Lo tomé desde la punta y le planté un pequeño beso, Blake emitió un leve gemido, y yo seguí. Empecé succionando un poco, para luego succionarlo como si mi vida dependiera de ello y empecé a masajear sus testículos. Blake no tardó demasiado en correrse. Me reí ante la ironía de las cosas, YO debería ser la que estuviera atada, YO debería ser la que se estuviera convulsionándose de placer y YO debería ser la que pediría más.
Para prolongar su placer, empecé a besarlo mientras que con mi mano subía y bajaba por toda su extensión, aun ritmo frenético. Cuando termino su orgasmo lamí lo que quedaba de su semen en la punta de su pene, logrando ponerlo de nuevo duro.
Lo desaté mientras se calmaba por el orgasmo que acaba de tener, y me acosté a su lado. El jadeaba por la falta de aire, y yo empecé a dibujar círculos en su bien formado abdomen, jamás me había sentido mejor que nunca. El volteó a verme y yo le sonreí tiernamente, le di un beso en los labios muy dulce y me separé de él acostándome en su pecho.
-Al parecer eso fue todo- dije mientras seguía dibujando círculos en su abdomen
De improviso él se dio media vuelta quedando arriba de mí y me sonrió
-Esto apenas está empezando-
Empezó a besarme desde mis labios hasta mi cuello, dándome besos cortos pero muy sensuales. Quise tocarle la cara para traerlo hacia mi boca, pero ahora fueron sus manos las que me aprisionaban y no me dejaban zafarme
-Ahora tú no te me escapas- dijo susurrándome cerca del oído, cuando se alejó un poco, agarré su labio entre mis dientes y tiré de él un poco, con un gruñido salvaje puso su boca en mis labios y me empezó a besarme fieramente, casi rayaba la violencia, pero no me quejé. Siguió un camino de besos desde mi cuello hasta mi ombligo, me estremecí al sentir su húmeda lengua rozando mis pezones sobre la delgada tela que los separaba, empezó a masajearlos alternativamente mientras me besaba fieramente.
Traté de tocar su pecho pero no lo alcancé, las manos de Blake parecían de hierro. Él se alejó un poco para luego poner su pene justo en mi centro. Solté un gemido que Blake silencioso con su boca.
Pasó sus manos por mi espalda, acariciándola, cuando de pronto se detuvo en seco
-¿Qué sucede?- dije jadeando
-Shhhh- dijo poniéndome un dedo en la boca
Entreabrí los labios para luego meter sus dedos en mi boca, lamiéndolos. El volteó su cara rápidamente y al ver lo que estaba haciendo, con un gruñido posó sus labios en los míos, pero esta vez no hice nada, me quedé como estatua, y puse los ojos en blanco a causa de la sorpresa
Con un movimiento brusco jalé mis manos y me solté de las manos de Blake, señalando con el dedo aquella figura corpulenta que se recargaba en el marco de la puerta.
Blake volteó su cabeza bruscamente y se paró rápidamente de la cama, Blake agarró un cojín y se tapó, me reí un poco para aligerar la tensión
-Al parecer nuestra querida Mía trajo unos amigos, ¿no es así?- dije mientras me paraba de la cama
-¿Me harías el favor de taparte?- mi sonrisa se desvaneció al escuchar la voz de aquel hombre
-¿Cómo demonios me encontraste?- dije con voz fría mientras agarraba mi blusa que se encontraba en el suelo
-¿Acaso no dijiste que Mía había traído unos amigos?-
-No me respondas con otra pregunta-
-Ok, de acuerdo, no te reconozco mamá…-
-¡Ya te dije que no soy tu madre!- dije interrumpiéndolo- ¿Qué acaso en tu estúpida mente no te entran esas palabras?... ¡No soy tu madre!-
-¡Claro que lo eres!- dijo acercándose a mí- ¿¡Si no como demonios explicas esto!?- dijo mientras me enseñaba una marca de media luna en su brazo izquierdo. Me alejé horrorizada mientras me cubría mi brazo derecho
-No puede ser cierto- susurré- ¡No es cierto!- grité exasperada
-Mamá, cálmate- dijo mientras se acercaba de nuevo a mí y me acunaba en su pecho
-¡No me toques!- chillé- ¡No te acerques!- me fui hacia la esquina y ahí se encontraba Blake. Cuando sentí su pecho duro en mis manos di media vuelta y me aferré a él como si mi vida dependiera de ello.
-Mamá escucha…- dijo acercándose de nuevo hacía mí
-¡Te dije que no te acercaras!- grité mientras me pegaba más al cuerpo de Blake
-Ya la oíste, no te acerques- dijo Blake con voz fría
-De acuerdo, me iré… pero mamá…te juró que ahora que ya te encontré nunca más me alejaré de ti y esta vez va en serio-
-1Largaté!- le grité de nuevo mientras mis lágrimas de derramaban por mis mejillas
No sé cuando fue que me encontraba en la cama, acunada en el pecho de Blake, al parecer el ya se había puesto sus bóxers.
Volví a acariciar mi brazo derecho sintiendo la cicatriz de media luna que tenía allí
-No lo puedo creer- susurré, mientras me limpiaba las lágrimas con mi mano
Blake me dio un beso en la frente y puso su mejilla contra mi cabello, me abrazaba como si fuera a protegerme de algo o de alguien, de pronto él emitió un rugido feroz, como modo de advertencia, hacía la ventana.
Giré mi cabeza bruscamente para poder ver qué era lo que se encontraba ahí y un par de ojos azules se posaban sobre mí, dio media vuelta y se fue.
No sé cuánto tiempo me quedé observando la ventana, pero al parecer fue demasiado. Aquellos ojos azules me habían hipnotizado y no podía sacármelos de la cabeza. No sé que era la sensación que sentía en aquellos momentos, pero definitivamente jamás los había sentido, lo sentía justo en mi corazón. Como si fuera una atracción de algún tipo que no puedes controlar. Aquellos ojos azules eran lo más hermoso que jamás haya visto en mi vida.
“Te has imprimado” dijo Sophie eufórica
Me quedé en shock y con los ojos demasiado abiertos
-¡Oh, no! ¡Eso si que no!- grite saltando de la cama- ¡Yo soy una vampira! ¡No una asquerosa lobo!-
“Piensa lo que quieras, pero yo sé de esto ¿recuerdas? No he vivido en vano 400 años en este cuerpo, yo también he tomado el control de algunas ciertas partes del cuerpo ¿sabes?”
-Así ¿Cómo cual?- dije incrédula
“El corazón” se limitó a decir
-Lilith… ¿con quién hablas?-
Di media vuelta y no me acorde que no estaba sola en la habitación
-No… con nadie en especial-
-De acuerdo- me miro con el ceño fruncido y me alargo su mano para que la tomara- Ven-
Tomé su mano y me senté en su regazo
-Hey, no hay razón por la que debas de estar preocupada- me dijo tiernamente
-No lo estoy- Estoy imprimada pensé con ironía- No es justo- susurré
-¿Qué no es justo cariño?- dijo mientras me daba un beso en la frente
-Todo-dije acurrucándome de nuevo en su pecho
“Te lo mereces” noté su sonrisa burlona
-Calla- dije frunciendo los labios
Me sentía un poco mejor, pero todavía había algo que era fundamental en mi dieta… Sangre… y por supuesto no pensaba matar a Blake con tal de conseguir un poco. Al parecer Sophie no estaba bromeando cuando dijo que se apodero completamente del corazón, al parecer me estaba volviendo como Sophie… cariñosa, y dulce…
-Puaj- dije sintiendo asco
-¿Qué sucede?- preguntó Blake mientras me daba otro beso en la frente y paseaba sus dedos por mi pelo dulcemente
-Me estoy volviendo… dulce- me estremecí ante la idea, ¿yo?.. ¿Dulce?.... ja, ja, ja ni en mil años sería dulce, tal vez fingiera ser dulce… pero, ¿Ser una persona dulce en realidad?
-¿Y eso es malo?-
-Para mí lo es- le dije y le di un beso en su pecho
-Pareces cansada- dijo mirándome a la cara
-Un poco- susurré
-Ven- me cargó y me acostó en la cama. Me tapó con una frazada y él se acostó a mi lado acercándome a su cuerpo, apoyé mi cara en su pecho, acercándome lo más que era posible, el empezó a trazar círculos en mi espalda, y no sé cuándo ni cómo me quedé dormida.
Capitulo 1
Era un día como cualquier otro. El sol brillaba afuera, el tránsito era pesado, había mucho ruido. Otro día en mi larga vida.
Apagué el despertador y me metí a la regadera. Me sequé y me vestí con una playera de tirantes negros, unos shorts blancos, un chaleco blanco y unos converse negros. Me cepillé mi cabello y lo deje suelto.
Baje las escaleras y ya se encontraba mi madre y Blake abajo.
-Buenos días- saludé
-Buenos días-
-¿Lista para la escuela?- me preguntó Blake con una reluciente sonrisa
-Por supuesto, tengo todo preparado- le dije mostrando mi mochila
-Así que es tu primer día de clases ¿eh?- dijo Mía mientras bajaba las escaleras
-¡Mía!- corrió Blake abrazarla, y le plantó un beso en la mejilla- Hola-
-Hola- le dijo Mía mientras lo besaba
-Consíganse un cuarto- dijo Mei mientras bajaba las escaleras
-Uyyyy, lo siento- dijo Blake- vente Mía llevémonos nuestro amor, alejada de las amargadas- dijo Blake
-Anda, corre – le dije sonriendo
-Siguiente parada… ¡mi cuarto!- dijo Blake mientras cargaba en brazos a Mía
-Buenos días Mei- dijo mi madre
-¿Qué tienen de buenos? ¿Eh?-
-Oye no le hables así a mi madre- le repliqué
-Tu mejor cállate- dijo fríamente
-¿Y quién me va a callar? ¿Tú?-
-Uyyyy, ¿la princesa de los vampiros está enojada?- dijo sarcásticamente
-Tu mejor cállate- dije entrecerrando los ojos, cuando mencionaban que yo era la princesa de los vampiros, venía de nuevo a mi mente mi tierra, mis pobres aldeanos murieron despiadadamente, incluso los niños… y mi hijo.
Noté como las lágrimas brotaban por mis mejillas.
-Ay Mei, mejor guarda silencio- le replico mi madre
-Ven aquí- dijo mi madre mientras me abrazaba
-Y aquí vamos de nuevo- susurró Mei
-Vete ya Mei- dijo mi madre
-Claro, nos vemos en la escuela…princesita-dijo riéndose
-Mei, ven acá- dije furiosa
Ella se rió más fuerte y cerró la puerta
Empecé a llorar descontroladamente, de nuevo el dolor llegó a mi pecho
-Ya, shhh, todo está bien- me consolaba mi madre
-No madre, ya nada está bien… es que no es justo- chillé- a mi era a quién querían, pero sentí miedo y huí como una cobarde, mientras todos trataban de protegerme… ahora todos ellos están…- se me quebró la voz- no sé cómo es que pudieron burlar a la guardia, nunca nadie pudo entrar- lo dije en un murmullo
-No fue tu culpa- dijo dulcemente mi madre
-¿Qué no fue mi culpa?- dije sarcásticamente- por ser una maldita egoísta, ellos murieron-
-Pero en ese entonces tú eras muy joven, mi pequeña vampirita- dijo mientras pasaba sus dedos por mi pelo dulcemente
-Eso no es excusa para lo que hice- dije enojada conmigo misma
Mi madre suspiró y se fue a la cocina
-Blake, ¡vámonos!- grité
-¡Voy!- gritó desde las escaleras
Blake bajó sin Mía, estaba todo despeinado y con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro
-¿Qué te sucede Sophie?, ¿Por qué lloras?- dijo mientras me daba un gran abrazo
-No, nada, yo de mensa recordando el pasado- le sonreí
El me la devolvió, y de nuevo estaba la sonrisa de satisfacción y con eso creció mi curiosidad
-¿Qué hacían los dos allá arriba?- le dije enarcando una ceja
-Nada- dijo en un tono inocente
-¿Y Mía?-
-Arreglándose- dijo encogiéndose de hombros
-My bien entonces esperémosla-
-No es necesario- replicó desde arriba- ya estoy lista-
-¡Guau!, como siempre guapa- dijo Blake mientras le daba un beso corto en los labios, ella le robo un beso y los dos empezaron a subirle de tono a su beso
-Oigan… hay algo llamado escuela ¿lo recuerdan?- dije señalando mi mochila
-Ahh, sí, claro- dijo Mía sonriendo- y tú me debes una ¿eh?- le dijo a Blake dándole un beso en las comisuras de los labios
-Estaré esperando- dijo dándole un beso en la mejilla
-Oigan…- les dije
-Si ya voy- dijo Blake
-Nos vemos- le dije a mi madre
Nos subimos al carro de Blake, un Mustang Shelby Gt500 Súper Snake negro. Llegamos en muy poco tiempo a la Universidad.
Era enorme y como no, si era la Universidad Princeton, una de las más destacadas en New Jersey. Cuando entramos al estacionamiento la mayoría se nos quedaron viendo. Salimos del auto y las caras de todos estaban apuntadas a nosotros, algunas reflejaban miedo, otros asombro, otros interés y otros simplemente curiosidad. Los tres nos pusimos nuestras gafas obscuras y entramos al edificio, nos dirigimos a la oficina administrativa. Nos dieron nuestro horario y un plano de la escuela, nos dirigimos a nuestra primera clase, Historia, y al parecer el primer semestre era acerca de la mitología. Vimos el plano y estaba en el edificio 1. Lo encontramos sin ningún problema. Y al parecer la clase ya había empezado.
Blake y Mía entraron al salón como si nada, pero al ver al profesor me quede boquiabierta, el parecido era impresionante, e incluso el color de piel se parecía, la forma en que hablaba e incluso cuando le sonrió a Blake…eran iguales
-Disculpe señorita, va a entrar o quedarse ahí en la puerta-
-Lo siento… ¿profesor…?-
-Leo- me dedico una sonrisa
-E incluso es el mismo nombre-susurré
-Disculpe, ¿dijo algo?-
-No- dije negando con la cabeza- nada
-De acuerdo, entonces tome asiento
Todos se me quedaron viendo y algunos otros sonreían con picardía. Me senté cerca de Mía, y empezó la clase
-Ok, de acuerdo chicos, yo soy el profesor Urtusasteri, seré su profesor de Historia, y este semestre estaremos viendo acerca de la mitología…-
Di un suspiro muy largo y entonces todos se me quedaron viendo, al parecer me había hecho una pregunta Leo
-Lo siento, no lo escuche-
-Dije, porque no pasa al frente y se presenta con sus compañeros-
-De acuerdo- me levanté de mi pupitre y me dirigí al frente del salón
-OK, de acuerdo, mi nombre es Sophie Lilith, vivía en Paris, pero hace poco me mude a New Jersey, me encanta salir a divertirme con Mía y Blake- les sonreí a ellos- y también estar en la playa, me encanta leer acerca de la mitología…-
De pronto noté como cómo mi cuerpo empezaba a cambiar, de nuevo volvía a ser otra.
“No porque ahora” y entonces ya no sentí nada
- y además creo que más al rato, posiblemente, se encuentren en mi apartamento, en mi recamara- dije mordiéndome el labio sensualmente
-¿Donde me apunto?- dijo un chico de piel bronceada, ojos cafés casi parecía negro, y por supuesto guapo
Le sonreí y me fui a sentar a mí lugar, cuando pase a lado de su lugar, le susurré al oído
-Te espero afuera-
-Gracias por esa… presentación- dijo Leo - Muy bien el siguiente, Blake Knight-
Cuando llegué a mi lugar, Mía me miraba fijamente
-¿Qué fue lo que te sucedió ahí adelante Sophie?- me dijo en un susurro
- Lo que pasa es que… volví a ser yo, de nuevo- dijo con una reluciente sonrisa, exponiendo un poco mis colmillos
-Ay no- dijo Mía con los ojos demasiado abiertos
Sonreí con satisfacción, de nuevo era yo
Poco después Blake regresó a su lugar, y Mía le empezó a contar de lo que le dije, cuando terminó la clase los dos se pusieron enfrente de mi lugar
-¿Y a ustedes que les pasa?- pregunté incrédula
-No que te pasa a ti- me dijo Blake- ¿Por qué actuaste de esa forma hace rato?-
De nuevo volví a sonreír
-He vuelto a ser yo-
-Necesitamos hablar afuera, ahora- dijo con voz dura y fría
-De acuerdo, pero me esperas un segundo- No esperé a que me diera una respuesta, me levanté de mi lugar y me puse enfrente del chico que me había hablado
-Hola- me saludó- Me llamo Adrian y ¿tú eres?-
Me acerqué a su oreja y le susurré
-Tuya- alcé la vista y Blake y Mia me observaban con los ojos como platos, literalmente. Sonreí y después le di un beso a Adrian, al parecer se impresiono mucho, porque no sentí ninguna respuesta por parte de él, me alejé un poco de él y lo miré a los ojos, tiré un poco de su labio, delineé con mi lengua sus labios y sentí su aliento en mi boca, un pequeño gruñido escapó de su pecho, cuando estuvo a punto de sujetarme por la cintura, me alejé de él
-Nos vemos…Adrian-
Agarré mis cosas y salí del salón y detrás de mi iban Mía y Blake
-¿Qué demonios fue eso?- me preguntó Blake
-Un beso- me encogí de hombros
-Ay no me digas que…- dijo frustrado
-Sip- dije mostrando una reluciente sonrisa- Ya está hecho-
-¿Por qué ahora Sophie? ¿Por qué?- dijo ahora si realmente enojado
-Necesitaba salir de esa prisión, es el turno de nuestra amiguita loba, ¿no creen?- dije enarcando una ceja
-¿Por qué…? ¿Por qué no dejaste que Sophie se quedara para siempre?-
-Ay vamos Blake… no me digas que no te agrade que esté de vuelta… y además- me acerqué y le susurré al odio- Acaso es que… ¿no te acuerdas de lo bien que te sentías con migo?... ¿Blake?-
-No te atrevas a…- dijo amenazante
-No, por supuesto que no… eso es algo que tu y yo compartimos y no lo tiene que saber nadie, ¿cierto?- le di un beso en la mejilla y me fui
-Ahh, por cierto… ¿Mía?-
-Dime- dijo entrecerrando los ojos
-No descuides a Blake, por que podía pasarle cosas malas… ¿no crees?-
Sonreí ante la cara de furia de Mía y me aleje, no demasiado lejos de ahí se encontraba mi querida hermana
-Mei… que gusto- dije sonriéndole
-Disculpa, ¿te la puedo robar un minuto?- dije dándole la espalda al chico con el que estaba hablando Mei
-Ahorita te la regreso- cuando volteé a verlo, me encantó, un chico alto, corpulento, güero y de ojos azules
-Claro- susurró mientras me miraba a los ojos, me aleje un poco pero luego le guiñé el ojo, al parecer se sonrojo
-¿Qué es lo que desea la princesita ahora de mi, eh?- dijo sonriendo
Entonces la agarré del cabello y se lo jalé
-Ahora escúchame bien, Mei, ya no está Sophie en estos momentos, ¿entiendes?... He vuelto-
-¿Lilith?- preguntó con miedo
-Así es, la pequeña e indefensa Sophie… está en el mismo lugar donde me metieron por todos estos 400 años, y no pienso volver ahí adentro, me entendiste, así que si me vuelves a decir princesita, ya sabes lo que pasa- la aventé no muy fuerte, pero se tambaleó un poco, miré la expresión horrorizada de Mei, y me reí de ella.
-Por cierto Mei… esta vez regresé para quedarme… y para siempre- dije amenazante y me dirigí hacia mi nueva clase.
El día siguió de bien a excelente, en todo el día me había conseguido como 8 comidas, suficientes para pasarla bien por unos momentos. Todos estaban preocupados por mí, en especial Blake, no sé por qué, lo único que hice fue poseer el cuerpo que por derecho me pertenecía, el cuerpo con el que nací, hasta que la estúpida de Sophie despertó y me dejaron encerrada en lo más profundo de su… quiero decir, de mi corazón.
-¡Sophie, espera!- gritó alguien detrás de mi espalda, por su voz y su olor, debía de ser Adrian
-Dime- dije en un tono inocente
Lo escuché tragar saliva y su piel adquirió un leve tono carmesí, le sonreí ante su vergüenza
-Recuerdas que en el salón, en la clase de Historia… pues tú… me besaste-
-Hmmm- dije pensativa- no lo recuerdo, tal vez… ¿fue así?-
Paseé mis manos alrededor de su nuca, y lo atraje hacia mí boca. Introduje mi lengua en su boca y el la acepto con gusto, nuestras lenguas se enredaron mientras que su mano recorría toda mi espalda, tire de su labio inferior con suavidad y me aparté.
-¿Así fue?- pregunté en un tono inocente
De pronto algo jaló mi brazo y me separó de Adrian, no me resistí, le guiñé el ojo y volteé a darle la cara a quién me jalaba, se trataba de Blake
-Sophie…-
-Lilith- lo interrumpí- me llamo Lilith ¿ok?-
-Lilith, ¿por qué haces esto?-
-Solamente disfruto mi vida, la vida que ustedes me negaron tener-
-¿La que nosotros te negamos a tener?- preguntó incrédulo y entonces sonrió- ¿Si te acuerdas por qué te encerramos verdad?, ¿Recuerdas por qué? ¿Recuerdas que es lo que obligaste a hacer a Sophie cuando nos invadieron los cazadores? O ¿es que acaso ya se te olvido?-
-Por supuesto que no- dije feliz- yo me introducí en la mente de Sophie y yo fui quien la obligó a introducir a los cazadores, ¿no es así?... ¿Blake?-
-¿Y lo dices como si nada?- dijo Blake entrecerrando los ojos
-Si- dije encogiéndome de hombros- Y Sophie tuvo toda la culpa… ella era tan frágil, tan débil… tan estúpida-
Blake alzó su mano para darme una bofetada, pero se detuvo su mano en el aire
-¿Acaso piensas pegarme? Anda, pues, pégame, pégame para que te desquites- lo reté
El bajó su mano lentamente y agachó su cabeza
-¿Acaso no puedes herir a tu princesita?… Blake-
-No-
-Lo suponía- dije sonriendo- Y Blake…-
El levantó su cabeza y poso sus ojos en otra dirección
-No olvides que te quiero- le di un beso corto en los labios y me alejé- Nos vemos-
Salí del edificio y me dirigí al estacionamiento, al parecer la mayoría ya se estaba yendo, me senté en la banqueta y suspiré, me sentía débil y necesitaba alimentarme, lamentablemente Adrian ya se había marchado, de pronto algo se paró detrás de mí y me golpeó en la nuca. Me dejó inconsciente.
******************************
Desperté en un lugar obscuro, llenó de lombrices y hormigas, un humano jamás podría identificar un lugar como en el que estaba, jamás podría averiguar dónde se encontraba, pero lamentablemente yo si lo sabía…
Me encontraba en un cementerio, no en uno común, me encontraba en el cementerio de los lobos… prácticamente es igual… criptas por aquí, asquerosos animales por allá… el único detalle era la insoportable peste que brotaba de sus cuerpos.
De pronto varias siluetas salieron de entre las sombras, eran enormes y musculosas
-Hmmm, así que los perros me tienen como prisionera ¿eh?-
Me reí con cierto sarcasmo pero algo me golpeó la cara
-¡Eyy! ¡¿Qué les pasa?!-
Unas enormes manos agarraron mi cabeza y la pegaron a un pecho duro, entonces esa persona empezó a llorar
-¡Al fin te encontré!- murmuró sollozando- ¡Eres tú!-
-¿Quién demonios eres?- pregunté alejándome del estúpido que se atrevió a tocarme
-No… no me recuerdas- dije tristemente
-Créeme que si te hubiera conocido jamás olvidaría un olor espantoso como el tuyo- dije fríamente
-Pero mamá…-
“!Mamá!” me quedé con los ojos abiertos
-…Soy yo… David… tu hijo
Prólogo
Hace mucho tiempo existía la “Tierra de Vampiros”, un lugar obscuro, alejado del sol. Ese era mi hogar. Yo nací como una vampira, no era una mujer que le haya mordido un vampiro y se hubiera transformado, si no que nací con sangre vampiresca. Pero también nací con sangre de lobo. Mi madre siendo vampira y mi padre siendo lobo me tuvieron a mí. Pero eso ahora ya no tiene importancia, la Tierra de los vampiros, mi tierra, dejo de existir. Unos cazadores de vampiros exterminaron la ciudad, dejándola en ruinas. No sé cómo lograron entrar, pero lo hicieron.
Solo sobre vivimos cuatro: Mi madre, Betxie; mi hermana, Mei; mi mejor amigo, Blake y yo, Sophie.
Yo era, por así decirlo, la “Princesa” de ese lugar. Pronto me cederían el trono, pero no lo consiguieron.
Ahora tengo 498 años. Vivo en New Jersey y soy estudiante. Aparento 19 años.
¿Ustedes creen que ser una vampira-lobo es fácil?
“Bienvenidos a mi mundo”

sábado, 3 de julio de 2010

Marcada por le destino
Capi 2


Oswaldos Pov.

Cerré la puerta de la oficina de Aidan, empezé a cambiar el nombre de Kaytlin... digo de Genesis, cuando de pronto cuando pase cerca de su cuerto escuhe ruidos.

Estaba asustado y preocupado, intenté abrir la puerta, pero estaba bloqueada. "Ya es suficiente, me cansé de fingir alguien que no soy" pensé, "No soy uno de ellos, no era humano" Derribé la puerta de una patada y entré. El cuarto estaba destrozado, el librero, el buro, los muebles lanzados, volteados y rotos. Salí del cuarto como rayo olvidandome de fingir ser humano. Llegué a la oficina y derrumbé la puerta de una patada.

-!La secuestro!- grité. Salí por la puerta dispuesta a buscarla. Corrí deseperado y entonces vi su ropa. Encontré el short blanco, unos metros deapués su sueter, unos metros más alla estaba la blusa negra. Me quedé en shock camine lentamente sin darme en cuenta. Entonces vi los tenis blancos casi destrozados. Alzé la mirada horrorizado y la vi. Era ella. Estaba en la fuernte de marmol blanco, estaba adentro con la mirada perdida, la mirada gacha. Sus hombros desnudos salían por las paredes de la fuente, su pelo empapado, ella estaba mojada. Era casi invierno y hacía un frío horrible, podía urar que el agua se veí pequeños pedazos de hielo flotando sobre el agua.

Me acerqué vacilante y me arrodille a lado de la fuente. Mi cara estaba a menos de 3 cm de su rostro. Algo brotaba de la mejilla de Kaytlin, ¿Eran lagrimas?

"No" pensé "Debe ser el agua" La estudie con la mirada, si hubiera sido cualquier otra circunstancia la hubiera podeiso ahí mismo. Pero no. Ella sufría y me dolia, me dolia mucho verla así. Era como si estuviera perdida y como si no conociera a nada ni a nadie.

Estaba temblando de pies a cabeza, sus labios estaban azules y su cuerpo tenia ligeramente un tono azulado. No podía dejarla ahí, solo llevaba un encaje rojo muy pequeño "Pensandolo bien, le favorece bastante" pensé "Estúpido deja de pensar en esas cosas Kaytlin sufre ¿y tu piensas en eso?"

-¿Estas bien?- me sent´como un estupido por preguntar aquella tonteria. Pasé mis manos por su espalda tratando de levantarla, ella me dió un manotazo para que la soltara. L volví a tomar de la espalda y la saqué de la fuente, aunque sus pies aún seguía dentro. Ella temblo y se debatió, la acerqué más a mi cuerpo. No pesaba, era como cargar a un cachorrito pequeño y latoso. Me dió con el puño en la cara, tan fuerte que sus nudillos le quedaron rojos, no sentí absolutamente nada, era como el roce de una pluma, solo volté a ver su cara. Me qudé impresionado mirandola debutativo y nervioso. Entonces ella soltó un gemido y se desiso en lagrimas al tiempo que sus brazoz los colocaba entrno a mi cuello. No sabía que hacer ni que decir, la acerqué un poco más a mi cuerpo, para mantenerla un poco caliente. Me quité mi chaqueta muy disimuladamente para evitar que Kaytlin me soltara, la envolví con elal tapandola en gran parte. La lleve caminando hasta la escuela, conforme recogía su ropa.

Conforme avanzabamos notaba que la respiración de Kaytlin se tranquilizaba

-¿Qué estoy haciendo?- me di cuenta de que la había llavado a mi dormitorio

La mire de arriba para abajo sintiendo su pequeño y hermoso cuerpo debajo de mis manos. Abría la puerta de una patada y tan pronto entre al cuerto la deposite en mi cama. La cubrí con las cobijas y me senté a un lado observandola detenidamente.


Era tan hermosa, tan perfecta que casi dolia al mirarla. La puerta de la recamará se abrió bruscamente y salté lejos de la cama sobresaltado. Miré a la persona que acababa de entrar y entre cerre los ojos con odio.

Sus labios se curvaron en una malvada sonrisa.


-Asi que por fin davas fin a la virginidad ¿eh?-


Me sonrojé al pensar en el cuerpode Kaytlin debajo del mio, ella enredando sus piernas en mi cintura, besandonos apasionadamente.... "!Deja de pensar en eso!"

-Quiero que me hagas un favor- le dije a Daniel, me miró ceñudo y con la cejas fruncidas pero la sonrisa seguía allí

-Así que quiere algo de mi el hombre lobo ¿Qué será?- dijo Daniel en un tono burlon sin perder su falso animo

-Necesito que la cuides- dije señalando a Kaytlin

Daniel se acerco a mi cama, solo podia ver su mocsulotura y blanca espalda

-!Hermosa!- exclamo Daniel- bien te cuido a la chica. No creo que sea tan aburrido- dijo mirandola descaradamente

-!Ya basta Daniel! !Ella no es ningun juguete como esas sirenas y ninfas que tanto te gustan!- le grité

-¿Qué criaturas?-

-No es asunto tuyo- me limité a decirle- hasme el maldito favor antes de que valla a buscar a Aidan- Daniel suspiro y se fue hacia la mitad de su habitación-

En cuanto se dio la media vuelta me abalanzé sobre el causandole una herida en el brazo, él me dio una bofetada tan fuerte que salí lanzado asta el otro lado de la habitación

-¿Por qué......Qué?- dijo mirandose la herida- ¿porque diablos hiciste eso?- dijo gritandome

La verdad no tenia la menor duda de por que lo había hecho

-Tu...tu...¿Qué fue lo que pensaste?- dijo Daniel con los ojos entrecerrados

-Solo quiero que la cuides, que no la lastimes mientras ella sea... lo que es... ahora-

-Eres un maldito imbecil ¿!Tonto la mas!?-

-No la amo. No se por que lo hice-

-Anda. Vete. Solo es una chica sexy ¿no?-

Me salí del cuarto y fuí hacia la oficina de Aidan

Genesis Pov

Empezé a abrir los ojos, comenzé a ver lo que pasaba y en donde estaba

Entonces vi una escultural espalda desnuda, me asuste tanto que ahogue un grito. El dio media vuelta y vi a un chico sexy. Su cabello negro hasta por debajo de las orejas degrafilado, mojado y despeinado. Llevaba una toalla en la mano y levaba otra toalla alrededor de la cintura. Su abdomen bien marcado y sus blancos musculosos brazos. Llevaba un colguije negro con una media luna y un arete de plata en el cartilago derecho en forma de media luna. Sus ojos eran verdes, un verde muy claro con unos pequeños pero notables rayos grises.

-Hasta que despierta la bella durmiente- Me dijo aquel chico caminando hacia mi direccion.

Retrocedi asustada. Este guapo chico me daba miedo.

-¿Donde estoy?- pregunté nerviosa

-En mi cuarto- dijo en un tono coqueto

-Es que.... yo.. estaba.... en- me calle al recordar todo. Como permití que mis emociones se descontrolaran de esa forma

Parpadeé y aquel chico estaba de rodillas encima de la cama a 5 cm de mi rostro

-¿Que haces?- le pregunté sin poder hablar bien

El chico me estudiaba con la mirada de arriba a abajo con una sonrisita de satisfacción

Al darme cuenta de mi posicion y viendo que solo llevaba lenceria roja lo empuje hacia atras

El retrosedio. Ahogué un grito y me tapé la cara con las manos

-¿A quién le importa? Asi llegua al mundo ¿No?- persiví una sonrisa burlona

Poco a poco apare los dedos de mis ojos. Indesia vilví a taparme los ojos con una sola mano. Con la otra agarré un cojin y se lo lanzé para que se cubriera

-Estas roja. ¿Tan nerviosa te pongo?- dijo coqueteando. Esa fue la gota que derramo el vaso

-Tu no me pondrías nerviosa aunque fueras el último hombre de la Tierra- solté enojada. Me sentía humillada asquerosamente usada

-Entonces por que estas tan nerviosa- dijo manteniendo su tono coqueto- ¿Sabes? Ayer hubo una chica aquí pero eso no importa, lo que tenemos entre tu y yo es especial.

Nunca había estado con un hombre antes, pero al parecer eran repugnantes, sin más me levanté de la cama sin importanrme de que estuviera semi desnuda. lo miré , me di la media vuelta y caminé hacia la salida.

Oswaldos Pov

Llegué a la oficina de Aidan y el se mostró un poco preocupado

-¿En donde esta Kaytlin?- preguntó Aidan

-Arriba, en mi cuarto, durmiendo-

Aidan me miro con una sonrisita escondida

-No esta ahí, por lo que esta pensando- le dije a Aidan, pero no pude evitar imaginarme el cuerpo de Kaytlin desnudo sobre el mio, totalmente cubierto por mi, y luego arrancarle sus pantaletas para despues... "!Ya deja de pensar en eso!" me regañé

-Bien, de acuerdo, lo siento Oswaldo. ¿Así que esta dormida en tu cuarto?-

-Si, le encargué a Daniel que la cuidara por mi-

-¿Daniel?, pero yo pensé.... no ,nada... olvidalo-

-No se preocupe el la va a cuidar bien-

-¿Tan seguro estas?-

-Si-

-De acuerdo, muy bien ya puedes retirarte-

-Con su permiso- di media vuelta y sali del despacho de Aidan.

Me dirijí hacia mi cuarto y entre preocupado a él, al abrir la puerta no había nadie, había un cojin tirado, y la cama estaba destendida y mojada, los caones de Adian estaban abiertos y había ropa tirada en el suelo, preocupado empezé a pensar donde estarian

"El no puede romper el pacto de sangre, es ley para esas criaturas" pense, cirrí hacia el cuarto de Amanda por puro instinto, y salí disparado corriendo. Estaba desesperado, no sabia que pasaba, con la mano muy despacio y lo mas silencioso que pude abría la puerta.

-!¿Que demo...?!-

No podía creer lo que mis ojos veian, simplemente no podia creer lo que veía

viernes, 25 de junio de 2010

Marcada por el destino

Genesis Pov
Estaba muy feliz de que Axel me sacara de aquel maldito orfanato, con su capucha negra y todo el pelo enmarañado no era fácil que nos descubrieran, di un pequeño salto y entré al carro. Aquel orfanato era muy despreciable cucarachas por aqui, ratas por alla, pero aún asi un lugar en donde nos teniamos mutuamente unos a otros. Todos los que trabajaban ahi: enfermera, la directora incluso el de la limpieza estaban agradecidos de que yo me fuera de ese lugar, la razón no la se. pero no creo que tardara mucho en descubrirlo.

A unos kilometros de ahí se encontraba un pequeño pueblo llamado Nanavut, ahí se supone que me encontraría con Riven, el sería mi "compañero" mientras me instalaba y conseguia todo lo necesario. Hasta ese entonces viviría ahi. Era un castillo de unos 100 años de antiguedad.

Unas horas después llegamos a Nanavut, me dejó en donde sería ahora mi nuevo hogar, en una Universidad llamada Salvatore.

-Bueno pues bienvenida a Nanavut- me dijo Axel

-Ehh... gracias- le sonreí

-Te dejaré para que te instales. Adios-

-Espera....- le suplique

-¿Si?-

-Ya no te volveré a ver ¿cierto?-

-Mi niña boba, por el momento no pero cuando sepas quien eres, volvere- me dio un beso en la coronilla y se fue

-¿Que debo saber quien soy?- susurré- Eso es tonto, yo se quién soy.. Me llamo Genesis Gilbert, Tengo 18 años, hija de Aidan Gilbert y de Alezandra Masen.

Resople y empezé a acomodar mis cosas, limpie un poco y tendí mi cama. Unos minutos despues tocaron a mi puerta.

-Voy- grité me dirijí a la puerta y casi me caigo por la impresion. El chavo más guapo que haya visto estaba enfrente de mi

-Hola- me dijo mientras escribia algo en unas hojas, alzó la mirada y casi me desmayo. Era alto, robusto, pelo castaño claro ondulado y unos ojos realmente hermosos, dicen qe los ojos son las ventanas del alma y yo en ese instante sentía que miraba el anima más hermosa que jamas haya visto

-Ehhh... hola, tu eres Genesis?-

-Si y tu eres?-

-Oswaldo-

-Oswaldo, que bonito nombre- susurré

-Perdón que dijiste?-

-No nada- sonrei

No se si fue mi imaginación pero al parecer noté que se ruborizo

-Aidan, me a pedido que te lleve con él, el es el director-

-Director, claro-

-Vamos, por aquí-

Cerré la puerta y al dar media vuelta casi choco con Oswaldo, gemí sin poder contenerme por la cercania con nuestros cuerpos, giré mi cara rápidamente, al parecer el no se había dado cuenta.

Pasamos por varias salas hasta una puerta de madera tallada a mano, realmente hermosa, Oswaldo abrió la puerta y entonces la voz de un señor grande sono

-Buenos Dias señorita Gilbert- era un señor de unos 35 años con cabello castaño, sombrero y traje gris, su sonrisa era muy animada. -Sientese por favor- El se sentó y reí con disimulo ya que era más pequeño que yo, unas dos cabezas más o menos

-Se que debe estar muy confudida. Bueno yo responderé a todas tus preguntas, primero que nada soy Eithan,bienvenida a tu nuevo hogar- dijo el señor Eithan alzo sus brazos queriendo darme un abrazo al parecer se dio cuenta de que no estaba de animos bajo las manos y suspiro.

-Escucha Kaytlin...- me moleste de que me llamaran Kaytlin ese nombre me incomodaba mucho, lo interrumpi a la mitad de su frase

-Mi nombre es Genesis, por favor limitese a usarlo- Eithan sonrio con nostalgia, como si estuviera viendo a alguien


-Bueno... Genesis, escucha...- se me quedaba viendo demasiado a mis ojos, luego poco a poco desendio por mis labios, algo incomoda pregunté

-Porque estoy aquí?-


-Estas aqui por que eres Kaytlin, Debiste estar aqui desde hace 17 años, pero por circunstancias complicadas...-


-¿Que circunstancias?- me sonrio con triztesa


-Bueno... por supuesto que te hemos buscado desde que nos enteramos de tu primer suspiro, pero no te habiamos encontrado asta hace dos dias. Mande a Axel por ti, cuando te encontramos nos pusimos tan contentos de que al fin la legitima hija de los Arsenics este aqui....- me quedé con la boca abierta


-!espere, espere, espere! Creo que se ha equivocado de chica. Yo no soy hija "legitima" de ningunos Arsenics. Soy huerfana, he vivido en unb orfanato desde que tengo memoria, mis padres eran Aidan Gilbert y Alezandra Masen, usted se ha equivocado de chica.- lo dije insegura

-Eres huerfana, pero tuviste padres, ¿no cres?, sus nombres reales eran Aidan Arenics y Alexandra Ankhiara-

Ya sabía que tenia padres, si no como habría venido al mundo, habían muerto ahogados o algo asi.

-Ellos eran personas muy especiales y ambos murieron cuando tu estabas naciendo. Tus padres estaban siendo perseguidos por Emma. Ella aparecio y mato a tu padre cuando el trataba de proteger a tu madre, ella aun teniendote en su panza se tuvo que ir con Nicolas, el mejor amigo de tu padre, el las oculto y tu naciste a manos de el, Emma aparecio en ese momento. Tu madre deseperada por mantenerte a salvo uso sus ultimas fuerzas para distraer a Emma mientras Nicolas escapaba contigo en sus brazos. Tu madre murio, pero Nicolas consiguio llevarte a un orfanato para ocultarte ahi mientras corria a nosotros para pedir ayuda y llevarnos hacia donde estabas, pero un poco antes e que pudiera llegar, Emma lo atrapó y no supimos donde estabas.


-¿Quién es Emma?- pregunté confundida

-Ella antes era un bruja. Quería el poder absoluto, no estaba de acuerdo que los vampiros,licantropos e incluso los sucubos fueran mas poderosos que ella-

"Loco" pensé tuve que morderme la lengua para no estallar en carcajadas


-Les robo mucho poder a los vampiros, licantropos y sucubos más debiles, En el mundo solo encontro 4, un vampiro, un licantropo y dos sucubos. Los mato y se comio a sus almas. Estaban en esta misma escuela justo destras de la enorme reja que los dividia. Tu madre se embarazó irresponsablemente de ti, pero lo hizo sin arrepentirse por que fue con el hombre que amaba....-

-Le importaria resumirlo, no quiero detalles, solo lo importante-


-Bueno...ella la encontro y a la que queria era a ti. Sabia que si Aidan y Alezandra eran muy bellos tu serias gloriosamente hermosa, asi que espero a que nacieras, se canso, cuando era el dia en que tu nacerias ella fue en tu busca. Tu padre estaba demasiado distraido con tu madre como para ganar la pelea , lo mato y luego fue tras tu madre. Eras tan hermosa que casi dolio verte, mató a tu madre, luego busco y busco, pero no te encontro, cuando vio a Nicolas, tu no estabas, furiosa lo mató y estos 17 años ella tambien te ha estado buscando.-


-Quiere decir que mi madre era bella pero no fuerte, igual que mi padre- al parecer mi comentario lo ofendio


-!No! eran demasiado fuertes. Demaciado. Tanto que incluso asustaba. Eran muy buenos en todo lo que hacian. Tu por lo tanto eres ta poderosa que muchos creen que no tienes derecho a existir, creen que eres... una...amenaza-

Me quede con los ojos abiertos, demasiado abiertos... "¿Yo?¿Amenaza?"


-Usted habla en serio?¿Los vampiros, licantropos, sucubos, brujas...?¿Todos existen?-


No podia creer lo que escuchaba, sin embargo sabia que era así, algo me lo decía

-Si, y los gnomos, las hadas, los gigantes, las sirenas, los titanes, duendes... todo-

-¿Que es este lugar?-


-Donde estudian todos los sere inmortales. Aquí estas a salvo-

-¿Que es usted?- de pronto se paro de la silla y se quitó el sombrero

-Un gnomo- me extendió la mano, la estreche un poco más confiada, pero con los ojos entrecerrados

-Veo que eres desconfiada. Eso es bueno, pero no te apures por mi, no soy malo, tu podrias tan solo paterame y saldria volando- emitio una leve sonrisa, la cual no le correspondí

-¿Yo que soy?-

-No estoy muy seguro. Tu madre era vampira y tu padre licantropo. Debes tener algo de los dos, pero no te preocupes, no te saldra pelo-

Me levanté de mi silla y me fui de nuevo a mi recamara, había mucha informacion que procesar

-Con que mis padres eran un vampiro y n licantropo eh?- susurré

Alguien toco la puerta, me paré rápido un poco mareada y asustada, abrí la puerta y de nuevo Oswaldo estaba
Sonreí al verlo de nuevo, de nuevo estaba escribiendo algo y al mirarlo de nuevo se quedo boquiabierto y se le corto la respiracion

-Te encuentras bien?- susurré

-Vengo a llevarte de compras... ¿estas lista?-

Oswaldo me miro y se sonrojo, yo ambién ya que andaba con una playera de tiranes y unos boxers

-Lo siento, ponte lista ¿si?-

-Claro- cerré la puerta y me desplome en el suelo, el era realmente atractivo

Me puse un pantalon de mezclilla roto y una blusa blanca, abrí la puerta y el estaba recostado en el marco de la puerta, se me corto la respiracion, "!por Dios!, ese chico si que me gustaba", cerré la puerta

-¿Estas lista?- me preguntó

Levante las cejas y luego le sonrei, al parecer era obvio que estaba lista, asentí con la cabeza y espere a que Oswaldo me guiara hacia la salida.

No hablamos en todo el camino al pueblo. Trataba de concentrarme de que iba de compras pero realmente era dificil.

-¿Que vamos a hacer exactamente?- pregunté

-Te llevo de compras-

-Oh- susurré nerviosa y avergonzada

-¿Acaso nunca has salido de compras?- me pregunto Oswaldo muy sorprendido

-¿Y que si no?- le dije decidiendome no dejarme humillar, no me di cuenta en que momento dejamos de caminar, al parecer ya habiamos llegado al pueblo, quiero decir, al lugar de las tiendas y todo eso.

-Vamos- susurré emocionada al estar en una tienda, Oswaldo me tomó del brazo antes de que pudiera entrar, lo miré sorprendida, pero tranquila, volviendo a sentir una corriente electrica por todo el brazo.

-Vamos a aquella- me diriji hacia donde apuntaba su dedo, una tienda lujosa....

-No, vamos a allá-

-No, alla- s limito a decir Martin. Lo miré con ojos tiernos y emocionados, realmente quería entrar a esa tienda.

Minutos despues miraba ilucionada cada una de las prendas en la tienda. Martin me observaba sentado en una silla

Oswaldo Pov
Desde que llegamos al pueblo no podía dejar de mirarla de reojo, era realmente hermosa, sus cabellos ondulados castaños con unos pequeños rayos dorados que se notaban eran naturales. le caia unos 10 cm arriba de la cintura, Sus ojos grises con contorno negro eran bellisimos.
Cuando llegamos al pueblo ella se aferraba a entrar a la tienda rustica, cuando me miro con ojos tiernos e ilucionados no pude contra ella y entramos a la tienda rustica.

La miraba sentado desde una banca, tomaba muchas prendas Kaytlin, y las modelaba en frente mio, yo sonreía con ganas. Era la excusa perfecta para inspeccionar con la mirada cada centimetro del cuerpo de Kaytlin.

"Soy un pervertido" me regañe, "Soy un pinche pervertido", me regañe de nuevo, quería dejar de mirarla, pero no podía, su cuerpo era irresistible. Quería levantarme, correr al vestidor, abrir la puerta bruscamente y verla en ropa interior. Podia imaginarmela en un conjunto de encaje rosa pastel, Quería entrar al pequeño vestidor y hacerle el amor "!Mierda!" pensé tratando de desacerme de aquel pensamiento.

En ese precios momento Kaytlin salia del vestidor vestida solo con una blusa de tirantes negra y ajustada, que lograba verse una pequeña parte de su ombligo, y abajo unos pequeños shorts blancos que hacian juego junto con unos tenis blancos. No puedo explicar lo que senti al verla, camino hacia mi y dio unas vueltas para ver como le quedaba, tal vez no se dio cuenta de que se acercaba a mi, dio otra vuelta más y estaba a solo 50 cm de ella. Respiraba con dificultad, y manos estaban indecisas flotando cerca de la citura de Kaytlin, quería tocarla, sabía que era capaz, pero le temia al... rechazo.

La mire a los ojos y nos quedamos asi unos minutos, alguien entro y como si Kaytlin no estuviera en su cuerpo, parpadeó rápidamente y se levanto

-Vamos a la tienda que tu qieres- me dijo meintras pasaba a mi lado y salia hacia la otra tienda.

No me moví, había tenido la oportunida perfecta y no la había aprovechado. Hubiera podido saborear sus labios rosas, me di la media vuelta y la segui.

Le mostre varias prendas que pensé le gustarian, como una blusa de tirantes con el dibujo de un oso guiñando, la rechazo. Después le enseñe un sueter de manga larga color beish, se metía por la cabeza pero era ky corto, llegaba por encima de la cadera. El sueter era my ajustado y le quedaba perfecto. "Le hace ver muy sexy" pensé. Sinpoder contenerme le mostre una mini falda, y cuando digo mini, era mini, tanto que si se agachaba levemente significaria que me mostrase todo. Cuando se la mostre se puso histérica y me dio un rotundo "!NO!".

Nos pasamos asi toda la tarde asta que terminamos y nos dirijimos de nuevo al instituto.

-Gracias- me susurró Kaytlin, dejé las bolsas en su cuerto y me dirijí al despacho de Aidan

-Señor-

-¿Que, que?- dijo sorprendido, de un momento a otro se puso palido

-No, no- dije tratando de tranquilizarlo- Ella esta bien, es solo que... No me dijo que era tan hermosa

-Lo se - dijo Aidan- Se parece a sus padres, ¿no es así?, excepto por los ojos

-Bueno, Aidan. Usted me mostró una foto de sus padres y ella es.. bueno... es ... como mirar a la criatura más hermosa del mudno, es como mirar al sol sin quemarte, solo sentirla cerca de mi es.. guau- suspiré

-Así que te gusta- Le dijo Aidan sonriendo tiernamente, sonriendo como si un hijo le mostrara a su padre su primer amor

No respondí

-Por cierto, estab mal su hoja, dice que no es Kaytlin, es Genesis-

-Pues cambiala-

-De acuerdo-

-Buenas noches Oswaldo.