viernes, 27 de agosto de 2010

Capitulo 1
Era un día como cualquier otro. El sol brillaba afuera, el tránsito era pesado, había mucho ruido. Otro día en mi larga vida.
Apagué el despertador y me metí a la regadera. Me sequé y me vestí con una playera de tirantes negros, unos shorts blancos, un chaleco blanco y unos converse negros. Me cepillé mi cabello y lo deje suelto.
Baje las escaleras y ya se encontraba mi madre y Blake abajo.
-Buenos días- saludé
-Buenos días-
-¿Lista para la escuela?- me preguntó Blake con una reluciente sonrisa
-Por supuesto, tengo todo preparado- le dije mostrando mi mochila
-Así que es tu primer día de clases ¿eh?- dijo Mía mientras bajaba las escaleras
-¡Mía!- corrió Blake abrazarla, y le plantó un beso en la mejilla- Hola-
-Hola- le dijo Mía mientras lo besaba
-Consíganse un cuarto- dijo Mei mientras bajaba las escaleras
-Uyyyy, lo siento- dijo Blake- vente Mía llevémonos nuestro amor, alejada de las amargadas- dijo Blake
-Anda, corre – le dije sonriendo
-Siguiente parada… ¡mi cuarto!- dijo Blake mientras cargaba en brazos a Mía
-Buenos días Mei- dijo mi madre
-¿Qué tienen de buenos? ¿Eh?-
-Oye no le hables así a mi madre- le repliqué
-Tu mejor cállate- dijo fríamente
-¿Y quién me va a callar? ¿Tú?-
-Uyyyy, ¿la princesa de los vampiros está enojada?- dijo sarcásticamente
-Tu mejor cállate- dije entrecerrando los ojos, cuando mencionaban que yo era la princesa de los vampiros, venía de nuevo a mi mente mi tierra, mis pobres aldeanos murieron despiadadamente, incluso los niños… y mi hijo.
Noté como las lágrimas brotaban por mis mejillas.
-Ay Mei, mejor guarda silencio- le replico mi madre
-Ven aquí- dijo mi madre mientras me abrazaba
-Y aquí vamos de nuevo- susurró Mei
-Vete ya Mei- dijo mi madre
-Claro, nos vemos en la escuela…princesita-dijo riéndose
-Mei, ven acá- dije furiosa
Ella se rió más fuerte y cerró la puerta
Empecé a llorar descontroladamente, de nuevo el dolor llegó a mi pecho
-Ya, shhh, todo está bien- me consolaba mi madre
-No madre, ya nada está bien… es que no es justo- chillé- a mi era a quién querían, pero sentí miedo y huí como una cobarde, mientras todos trataban de protegerme… ahora todos ellos están…- se me quebró la voz- no sé cómo es que pudieron burlar a la guardia, nunca nadie pudo entrar- lo dije en un murmullo
-No fue tu culpa- dijo dulcemente mi madre
-¿Qué no fue mi culpa?- dije sarcásticamente- por ser una maldita egoísta, ellos murieron-
-Pero en ese entonces tú eras muy joven, mi pequeña vampirita- dijo mientras pasaba sus dedos por mi pelo dulcemente
-Eso no es excusa para lo que hice- dije enojada conmigo misma
Mi madre suspiró y se fue a la cocina
-Blake, ¡vámonos!- grité
-¡Voy!- gritó desde las escaleras
Blake bajó sin Mía, estaba todo despeinado y con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro
-¿Qué te sucede Sophie?, ¿Por qué lloras?- dijo mientras me daba un gran abrazo
-No, nada, yo de mensa recordando el pasado- le sonreí
El me la devolvió, y de nuevo estaba la sonrisa de satisfacción y con eso creció mi curiosidad
-¿Qué hacían los dos allá arriba?- le dije enarcando una ceja
-Nada- dijo en un tono inocente
-¿Y Mía?-
-Arreglándose- dijo encogiéndose de hombros
-My bien entonces esperémosla-
-No es necesario- replicó desde arriba- ya estoy lista-
-¡Guau!, como siempre guapa- dijo Blake mientras le daba un beso corto en los labios, ella le robo un beso y los dos empezaron a subirle de tono a su beso
-Oigan… hay algo llamado escuela ¿lo recuerdan?- dije señalando mi mochila
-Ahh, sí, claro- dijo Mía sonriendo- y tú me debes una ¿eh?- le dijo a Blake dándole un beso en las comisuras de los labios
-Estaré esperando- dijo dándole un beso en la mejilla
-Oigan…- les dije
-Si ya voy- dijo Blake
-Nos vemos- le dije a mi madre
Nos subimos al carro de Blake, un Mustang Shelby Gt500 Súper Snake negro. Llegamos en muy poco tiempo a la Universidad.
Era enorme y como no, si era la Universidad Princeton, una de las más destacadas en New Jersey. Cuando entramos al estacionamiento la mayoría se nos quedaron viendo. Salimos del auto y las caras de todos estaban apuntadas a nosotros, algunas reflejaban miedo, otros asombro, otros interés y otros simplemente curiosidad. Los tres nos pusimos nuestras gafas obscuras y entramos al edificio, nos dirigimos a la oficina administrativa. Nos dieron nuestro horario y un plano de la escuela, nos dirigimos a nuestra primera clase, Historia, y al parecer el primer semestre era acerca de la mitología. Vimos el plano y estaba en el edificio 1. Lo encontramos sin ningún problema. Y al parecer la clase ya había empezado.
Blake y Mía entraron al salón como si nada, pero al ver al profesor me quede boquiabierta, el parecido era impresionante, e incluso el color de piel se parecía, la forma en que hablaba e incluso cuando le sonrió a Blake…eran iguales
-Disculpe señorita, va a entrar o quedarse ahí en la puerta-
-Lo siento… ¿profesor…?-
-Leo- me dedico una sonrisa
-E incluso es el mismo nombre-susurré
-Disculpe, ¿dijo algo?-
-No- dije negando con la cabeza- nada
-De acuerdo, entonces tome asiento
Todos se me quedaron viendo y algunos otros sonreían con picardía. Me senté cerca de Mía, y empezó la clase
-Ok, de acuerdo chicos, yo soy el profesor Urtusasteri, seré su profesor de Historia, y este semestre estaremos viendo acerca de la mitología…-
Di un suspiro muy largo y entonces todos se me quedaron viendo, al parecer me había hecho una pregunta Leo
-Lo siento, no lo escuche-
-Dije, porque no pasa al frente y se presenta con sus compañeros-
-De acuerdo- me levanté de mi pupitre y me dirigí al frente del salón
-OK, de acuerdo, mi nombre es Sophie Lilith, vivía en Paris, pero hace poco me mude a New Jersey, me encanta salir a divertirme con Mía y Blake- les sonreí a ellos- y también estar en la playa, me encanta leer acerca de la mitología…-
De pronto noté como cómo mi cuerpo empezaba a cambiar, de nuevo volvía a ser otra.
“No porque ahora” y entonces ya no sentí nada
- y además creo que más al rato, posiblemente, se encuentren en mi apartamento, en mi recamara- dije mordiéndome el labio sensualmente
-¿Donde me apunto?- dijo un chico de piel bronceada, ojos cafés casi parecía negro, y por supuesto guapo
Le sonreí y me fui a sentar a mí lugar, cuando pase a lado de su lugar, le susurré al oído
-Te espero afuera-
-Gracias por esa… presentación- dijo Leo - Muy bien el siguiente, Blake Knight-
Cuando llegué a mi lugar, Mía me miraba fijamente
-¿Qué fue lo que te sucedió ahí adelante Sophie?- me dijo en un susurro
- Lo que pasa es que… volví a ser yo, de nuevo- dijo con una reluciente sonrisa, exponiendo un poco mis colmillos
-Ay no- dijo Mía con los ojos demasiado abiertos
Sonreí con satisfacción, de nuevo era yo
Poco después Blake regresó a su lugar, y Mía le empezó a contar de lo que le dije, cuando terminó la clase los dos se pusieron enfrente de mi lugar
-¿Y a ustedes que les pasa?- pregunté incrédula
-No que te pasa a ti- me dijo Blake- ¿Por qué actuaste de esa forma hace rato?-
De nuevo volví a sonreír
-He vuelto a ser yo-
-Necesitamos hablar afuera, ahora- dijo con voz dura y fría
-De acuerdo, pero me esperas un segundo- No esperé a que me diera una respuesta, me levanté de mi lugar y me puse enfrente del chico que me había hablado
-Hola- me saludó- Me llamo Adrian y ¿tú eres?-
Me acerqué a su oreja y le susurré
-Tuya- alcé la vista y Blake y Mia me observaban con los ojos como platos, literalmente. Sonreí y después le di un beso a Adrian, al parecer se impresiono mucho, porque no sentí ninguna respuesta por parte de él, me alejé un poco de él y lo miré a los ojos, tiré un poco de su labio, delineé con mi lengua sus labios y sentí su aliento en mi boca, un pequeño gruñido escapó de su pecho, cuando estuvo a punto de sujetarme por la cintura, me alejé de él
-Nos vemos…Adrian-
Agarré mis cosas y salí del salón y detrás de mi iban Mía y Blake
-¿Qué demonios fue eso?- me preguntó Blake
-Un beso- me encogí de hombros
-Ay no me digas que…- dijo frustrado
-Sip- dije mostrando una reluciente sonrisa- Ya está hecho-
-¿Por qué ahora Sophie? ¿Por qué?- dijo ahora si realmente enojado
-Necesitaba salir de esa prisión, es el turno de nuestra amiguita loba, ¿no creen?- dije enarcando una ceja
-¿Por qué…? ¿Por qué no dejaste que Sophie se quedara para siempre?-
-Ay vamos Blake… no me digas que no te agrade que esté de vuelta… y además- me acerqué y le susurré al odio- Acaso es que… ¿no te acuerdas de lo bien que te sentías con migo?... ¿Blake?-
-No te atrevas a…- dijo amenazante
-No, por supuesto que no… eso es algo que tu y yo compartimos y no lo tiene que saber nadie, ¿cierto?- le di un beso en la mejilla y me fui
-Ahh, por cierto… ¿Mía?-
-Dime- dijo entrecerrando los ojos
-No descuides a Blake, por que podía pasarle cosas malas… ¿no crees?-
Sonreí ante la cara de furia de Mía y me aleje, no demasiado lejos de ahí se encontraba mi querida hermana
-Mei… que gusto- dije sonriéndole
-Disculpa, ¿te la puedo robar un minuto?- dije dándole la espalda al chico con el que estaba hablando Mei
-Ahorita te la regreso- cuando volteé a verlo, me encantó, un chico alto, corpulento, güero y de ojos azules
-Claro- susurró mientras me miraba a los ojos, me aleje un poco pero luego le guiñé el ojo, al parecer se sonrojo
-¿Qué es lo que desea la princesita ahora de mi, eh?- dijo sonriendo
Entonces la agarré del cabello y se lo jalé
-Ahora escúchame bien, Mei, ya no está Sophie en estos momentos, ¿entiendes?... He vuelto-
-¿Lilith?- preguntó con miedo
-Así es, la pequeña e indefensa Sophie… está en el mismo lugar donde me metieron por todos estos 400 años, y no pienso volver ahí adentro, me entendiste, así que si me vuelves a decir princesita, ya sabes lo que pasa- la aventé no muy fuerte, pero se tambaleó un poco, miré la expresión horrorizada de Mei, y me reí de ella.
-Por cierto Mei… esta vez regresé para quedarme… y para siempre- dije amenazante y me dirigí hacia mi nueva clase.
El día siguió de bien a excelente, en todo el día me había conseguido como 8 comidas, suficientes para pasarla bien por unos momentos. Todos estaban preocupados por mí, en especial Blake, no sé por qué, lo único que hice fue poseer el cuerpo que por derecho me pertenecía, el cuerpo con el que nací, hasta que la estúpida de Sophie despertó y me dejaron encerrada en lo más profundo de su… quiero decir, de mi corazón.
-¡Sophie, espera!- gritó alguien detrás de mi espalda, por su voz y su olor, debía de ser Adrian
-Dime- dije en un tono inocente
Lo escuché tragar saliva y su piel adquirió un leve tono carmesí, le sonreí ante su vergüenza
-Recuerdas que en el salón, en la clase de Historia… pues tú… me besaste-
-Hmmm- dije pensativa- no lo recuerdo, tal vez… ¿fue así?-
Paseé mis manos alrededor de su nuca, y lo atraje hacia mí boca. Introduje mi lengua en su boca y el la acepto con gusto, nuestras lenguas se enredaron mientras que su mano recorría toda mi espalda, tire de su labio inferior con suavidad y me aparté.
-¿Así fue?- pregunté en un tono inocente
De pronto algo jaló mi brazo y me separó de Adrian, no me resistí, le guiñé el ojo y volteé a darle la cara a quién me jalaba, se trataba de Blake
-Sophie…-
-Lilith- lo interrumpí- me llamo Lilith ¿ok?-
-Lilith, ¿por qué haces esto?-
-Solamente disfruto mi vida, la vida que ustedes me negaron tener-
-¿La que nosotros te negamos a tener?- preguntó incrédulo y entonces sonrió- ¿Si te acuerdas por qué te encerramos verdad?, ¿Recuerdas por qué? ¿Recuerdas que es lo que obligaste a hacer a Sophie cuando nos invadieron los cazadores? O ¿es que acaso ya se te olvido?-
-Por supuesto que no- dije feliz- yo me introducí en la mente de Sophie y yo fui quien la obligó a introducir a los cazadores, ¿no es así?... ¿Blake?-
-¿Y lo dices como si nada?- dijo Blake entrecerrando los ojos
-Si- dije encogiéndome de hombros- Y Sophie tuvo toda la culpa… ella era tan frágil, tan débil… tan estúpida-
Blake alzó su mano para darme una bofetada, pero se detuvo su mano en el aire
-¿Acaso piensas pegarme? Anda, pues, pégame, pégame para que te desquites- lo reté
El bajó su mano lentamente y agachó su cabeza
-¿Acaso no puedes herir a tu princesita?… Blake-
-No-
-Lo suponía- dije sonriendo- Y Blake…-
El levantó su cabeza y poso sus ojos en otra dirección
-No olvides que te quiero- le di un beso corto en los labios y me alejé- Nos vemos-
Salí del edificio y me dirigí al estacionamiento, al parecer la mayoría ya se estaba yendo, me senté en la banqueta y suspiré, me sentía débil y necesitaba alimentarme, lamentablemente Adrian ya se había marchado, de pronto algo se paró detrás de mí y me golpeó en la nuca. Me dejó inconsciente.
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Desperté en un lugar obscuro, llenó de lombrices y hormigas, un humano jamás podría identificar un lugar como en el que estaba, jamás podría averiguar dónde se encontraba, pero lamentablemente yo si lo sabía…
Me encontraba en un cementerio, no en uno común, me encontraba en el cementerio de los lobos… prácticamente es igual… criptas por aquí, asquerosos animales por allá… el único detalle era la insoportable peste que brotaba de sus cuerpos.
De pronto varias siluetas salieron de entre las sombras, eran enormes y musculosas
-Hmmm, así que los perros me tienen como prisionera ¿eh?-
Me reí con cierto sarcasmo pero algo me golpeó la cara
-¡Eyy! ¡¿Qué les pasa?!-
Unas enormes manos agarraron mi cabeza y la pegaron a un pecho duro, entonces esa persona empezó a llorar
-¡Al fin te encontré!- murmuró sollozando- ¡Eres tú!-
-¿Quién demonios eres?- pregunté alejándome del estúpido que se atrevió a tocarme
-No… no me recuerdas- dije tristemente
-Créeme que si te hubiera conocido jamás olvidaría un olor espantoso como el tuyo- dije fríamente
-Pero mamá…-
“!Mamá!” me quedé con los ojos abiertos
-…Soy yo… David… tu hijo

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