viernes, 27 de agosto de 2010

Capi 3
Estaba soñando algo extraño, soñaba que me encontraba en mi cama, pero en una casa diferente, y de pronto apareció una silueta recargada en el marco de la puerta, con la mirada gacha, se quedó así unos instantes y luego alzó el rostro para mirarme. Eran los mismos ojos que había visto anoche. Pero algo estaba mal… Olía a perro mojado. Cerré los ojos y ya no estaba, di media vuelta y allí se encontraban aquellos ojos azules que me habían hipnotizado, contra toda voluntad me acerqué y empecé a besarlo. El me correspondió el beso y luego desapareció entre las sombras. Me paré de la cama y noté que estaba desnuda. Corrí para alcanzarlo pero no pude, entonces de improviso algo me sujeto por la espalda y me dejo inconsciente y me desmayé.
Empecé a escuchar a los pájaros cantar y una tele que cambiaba de canal a cada rato.
Abrí los ojos y alcé el rostro, aún seguía Blake conmigo. Le acaricié el rostro y le di un beso en la frente. Al parecer lo desperté y abrió los ojos con una sonrisa en el rostro.
-Hola- susurró con voz ronca
-Hola- dije
El empezó a mirarme de nuevo de arriba abajo y su sonrisa se ensancho más. Bajé la mirada a mi cuerpo y estaba desnuda, volteé a verlo y él también lo estaba
-Oye- me quejé- ¿cuando me quitaste la ropa?
-Cuando te dormiste… ¿acaso no te diste cuenta?-
-Nop- dije negando con la cabeza
-Es extraño por que cuando te la empecé a quitar, tú me estabas besando-
Recordé mi sueño y…
-¡Oh!- exclamé- Así que eras tú-
-Que, ¿creías que era el chupa cabras?- se empezó a reír un poco más fuerte de lo usual
-Ja, ja, si- dije apática
-¿Qué te sucede?- dijo mientras me acercaba a su cuerpo y me daba un beso en mi frente
-Nada- me acurruqué en su pecho
-Ya sé que te pondrá de ánimos-
-¿En serio?- enarqué una ceja
-Sip- dijo mientras se paraba y ponía su cuerpo sobre el mío
-¿Cómo?- dije con una sonrisa
-Así- susurró y me empezó a besar en los labios, no como ayer, sino que esta vez fue con dulzura, empezó a darme besos cortos desde mi cuello hasta mi clavícula, mis manos no se quedaron atrás y empecé a recorrer su musculosa espalda, me separé un poco de él y lo miré a los ojos. El me miraba con demasiada ternura, tanta que no podía soportarlo, le di un corto beso en los labios y me paré.
El no dijo nada y también se paró junto con migo, me fui a la regadera con Blake detrás de mí como si fuera mi sombra. El baño duró más de lo que pensaba gracias a Blake que no paraba de besarme.
Nos secamos y nos pusimos nuestra ropa. Yo me puse topless negro junto con un chaleco blanco, y unos flaps negros, dejé mi pelo suelto. Y Blake se puso una playera negra que marcaba sus bien formados bíceps y su pecho junto con unos pantalones rotos de mezclilla y unos tenis. Cuando se alejó me quedé como boba admirando su bien formado trasero, lástima que anoche no le había dado un mordisco ahí.
Bajé las escaleras y mi madre se encontraba en la sala junto con Mía, y al parecer Mei seguía en su recamara arreglándose para ir a la escuela.
Iba a dar media vuelta para ir a correr a mi habitación para escabullirme, pero Blake de nuevo estaba detrás de mí.
-Hola- susurre
-Hola- me sonrió
-Hmmm… esto… me darías permiso-
-¿Vas a alguna parte?-
-Sí, arriba… creo-
-Te acompaño-
-No, no, no, yo puedo subir sola te lo aseguro- le di un beso en la mejilla y subí corriendo hacia mi cuarto, cuando estaba dispuesta a saltar algo me jaló por el brazo y me hizo entrar de nuevo a mi habitación
-¿A dónde vas amor?- preguntó Blake
-A ninguna parte- susurré nerviosamente- Solo verificaba como estaba el clima- me chupé el dedo y lo alcé en el aire- estamos a 26 grados que sorprendente… adiós-
Antes de que pudiera dar un solo paso el interpuso la salida con su brazo
-¿Qué crees que haces? Déjame salir- me quejé poniendo mis brazos a la altura de mi pecho
-Lilith acaso no me quieres- dijo en tono lastimero
Me quedé con los ojos abiertos, ¿Cómo se le ocurría decirme que si no lo quiero?, es evidente que no, yo jamás puedo querer a alguien, jamás en mi vida como vampira lo he hecho, no hasta que Sophie despertó
“Claro que puedes amar siendo una vampira” me contradijo Sophie “De hecho lo estás haciendo ahorita”
-Calla- susurré molesta, me acerqué a Blake le di un beso en los labios y luego lo abracé por la cintura
-Claro que te quiero-
-¿Entonces por qué no quieres estar conmigo?-
Suspiré y lo llevé a la cama y nos sentamos en la orilla
-No es que no quiera, pero entiende que tampoco podemos estar por siempre juntos-
El se quedó quieto como una estatua y de pronto su voz se volvió salvaje
-Claro que siempre vamos a estar juntos, por siempre, y si no eres mía no serás de nadie más- me aventó hacia la cama y se empezó a quitar su playera, no tuve tiempo de reaccionar ya que sus labios se posaron sobre los míos, Blake me estaba besando con violencia y yo intentaba alejarme de él, pero él era demasiado fuerte para mí
-Blake, quítate- forcejeaba contra su cuerpo para poder quitarlo un poco y así poderme escapar, aplastó su cuerpo contra el mío impidiéndome salir
-Blake me lastimas- no obtuve respuesta, empezó a bajar por mi cuello y escuché algo romperse, había sido mi ropa que estaba desgarrada en el suelo junto con mi bra. Empezó a descender su boca hacia mis pechos, hasta que sentí una lengüetada en por ya mi erecto pezón. Con su mano empezó a masajear mi otro seno, logrando sacarme un profundo gemido
-¿Se siente bien, no Lilith?-
-Blake- la palabra salió distorsionada a causa de mi gemido, ya que él había succionado mi pezón, noté como empezaba a mojarme y sabía que él lo sabía. Ya que volteó a verme y su rostro reflejaba una sonrisa. Empezó a descender su mano peligrosamente hasta mi entrepierna, volvió su boca contra la mía con la misma violencia que antes
-Dime que me amas- dijo Blake
-Suéltame- intente soltarme pero fue inútil mi intento, me sentí débil de pronto, no me había alimentado bien ayer. Saqué otro gemido mientras Blake soba mi clítoris por encima de la delgada tela.
Empecé a jadear no solo por la excitación, si no porque también el peso de Blake me dificultaba respirar. No sé que continuó a continuación que me sentía más ligera, algo había tumbado a Blake de la cama. Blake de pronto expuso sus dientes y se abalanzó contra algo que no pude ver, era la silueta de alguien. De pronto se hizo el silencio y me paré de la cama asustada, cubriéndome con las cobijas para que aquel extraño no me viera.
Bajé la vista y Blake se encontraba en el suelo con los ojos cerrados, miré horrorizada el cuerpo de Blake, tenía algunas partes del cuerpo llenas de sangre, y otras más desgarradas, alcé la vista para ver quién lo había hecho y me quedé con la boca abierta
Unos pares de ojos azules me estudiaban el rostro, eran los mismos ojos de anoche
-¿Te encuentras bien?- me preguntó la voz más sexy del mundo
-y…yo…yo…- tartamudeé
“No seas estúpida, háblale bien” decía Sophie en mi interior
-Si- susurré agachando la cabeza- Gracias-
-Oye- dijo agarrando mi barbilla para que lo volteara a ver- no tienes nada que agradecer-
Empecé a respirar entrecortadamente, por fin podía ver su rostro. Tenía el cabello corto y negro, su piel tenía una tonalidad entre pálida y cobriza, tenía unos labios carnosos, los cuáles me encantaría probar y aquellos ojos azules de un azul tan intenso que no había dejado de pensar en ellos. Simplemente era perfecto.
Algo dulce oprimió mis labios sacándome de mis pensamientos. Era dulce y tierna a la vez. No sabía qué hacer, estaba demasiado nerviosa. Mi mano salió disparada hacia su mandíbula, no creo que le haya hecho daño pero si fue lo suficiente para lograr alejarlo de mí.
Me quedé mirando horrorizada mi mano, temblaba de pies a cabeza y tenía los ojos demasiado abiertos.
Me dejé caer en el suelo mirando fijamente la mano con la que le había pegado
¿Pero que acababa de hacer?
“¡Le acabas de pegar!, ¡eso es lo que hiciste!” gritaba Sophie
Empecé a llorar descontroladamente, todavía temblaba y me pegué a la pared lo más que pude. Él empezó a avanzar hacia mí
-¡No te acerques!, no quiero hacerte daño
Una parte de mi cerebro me decía que era una tonta por tratarlo así, obviamente la parte en la que estaba Sophie, y por otra parte me decía que así se hacía, tenía que dejar en claro que él ni nadie podía tocarme
Algo cálido rozó mi mano y automáticamente me alejé de él, mi cuerpo no estaba acostumbrado a semejante temperatura y ni tampoco al hedor que emanaba su cuerpo.
Él suspiró y se quedo en silencio por un buen rato, no escuchaba nada que no fuera la respiración de aquel chico que estaba a mi lado y que no sabía quién demonios era, y mi llanto.
Pronto también me quedé en silencio, me ardían los ojos de tanto llorar, eso es algo que odiaba, sentirme débil a pesar de ser una vampira. Tal vez mi cuerpo era duro y frio, pero gracias a Sophie tenía sentimientos, podía aniquilar a cientos de personas sin ningún resentimiento pero Sophie desde que despertó se apoderó de mi corazón volviéndolo cálido, más cálido de lo que yo hubiese querido.
Cerré los ojos y me quedé dormida.
Un rato después entreabrí los ojos, el sol ya se estaba ocultando y algo cálido me sujetaba en la cintura. También sentía una cálida respiración en mi cabeza. Abrí un poco más los ojos y no estaba en la habitación, de hecho no estaba en un lugar que yo conociera. Era de madera, pequeña pero acogedora, me encontraba en una amplia cama, alcé mi vista y me alejé lo más rápido que pude y me puse en la esquina más alejada que podía.
Al parecer lo desperté, todavía estaba soñoliento, me miro y se volvió a voltear, con un rápido movimiento de cabeza puso de nuevo su rostro en mi dirección y me miraba ya con los ojos abiertos, como si fueran a modo de disculpa.
-Lo siento- dijo frotándose su pelo- Necesitaba traerte aquí, no soportaba la idea de que te revolcaras con ese imbécil
-¿Te refieres a Blake?-
-Ese es el nombre de la sanguijuela?- dijo enarcando una ceja
-No lo llames así- entrecerró los ojos
-Sabes- dijo pensativo- iba a traerte desde el primer día que te vi, para ser más exactos desde antier- me sonrió- pero al parecer lo estabas disfrutando y no quería interrumpirte- se sonrojo
-¿Pero…?-
El prosiguió ignorando mi pregunta
-Me quedé cerca de tu casa, por si necesitabas mi ayuda-
Bufé… ¿Yo necesitar su ayuda?, me empecé a reír
-¿De qué te ríes?- pregunto confundido
-De nada- le sonreí tímidamente- continúa
-Y me alegro de haberlo hecho, si no me hubiera quedado, supongo que aún seguirías tratando de quitarte a ese estúpido- dijo con voz dura
-Yo me las podría haber arreglado sola- dije cruzándome de brazos
-¿En serio?- preguntó divertido
-Por supuesto, y si me disculpas necesito irme de aquí-
Él se paro rápidamente de la cama y con un ágil salto estaba enfrente de mí
-No, claro que no te vas-
-Claro que si-
-Que no-
-Que sí-
-¡Que no!-
-¡Que sí!- dije exasperada, me di media vuelta y me senté en el borde de la cama cruzándome de brazos, sabía que nunca le podía ganar a aquel chico en testarudez, no es que no lo fuera, pero no iba a discutir con el
Sonrió de oreja a oreja y se sentó un poco alejado de mí, volteé la cara en modo de enojo, pero como vino mi enojo se fue, había una foto encima de una mesita, me acerqué curiosa y la examine
En la foto aparecen dos personas, un adulto y él chico que estaba sentado en la cama. Aquel hombre era David, se me formo un nudo en la garganta, David me dijo que era mi hijo y me lo demostró con su marca en su brazo izquierdo, esa marca significaba que éramos hijos de la luna, cada hombre y mujer lobo lo tenían en alguna parte del cuerpo, algunos en la espalda otros en su pecho, otros en su muñeca, lo único especial de la marca que David y yo poseíamos era que nuestra luna era un tono más luminoso que el de todos, en vez de ser del color de la piel, como se supone que era, el de nosotros, se acercaba mucho al color plateado, mi padre me había explicado que era por la reacción de mi sangre de vampira.
Sentí una respiración en mi espalda, agarré la foto y me di media vuelta. Estábamos a tan escasos centímetros, casi pude sentir su cálida respiración en mis labios, él puso una mano en mi mejilla, se estaba acercando y estaba cerrando los ojos. Empecé a respirar entrecortadamente y moví mi cabeza bruscamente. Él abrió los ojos de golpe y se alejó un poco sonrojado
-¿De dónde conoces a David?- pregunté curiosa
-¿Tú lo conoces?- preguntó asombrado- Bueno él es mi padre
Tosí demasiado fuerte a causa de la impresión, él chico se acercó y me dio unas palmaditas en la espalda, me dejé caer en el suelo y me quede atónita mirándola la foto
-¿E…él… es tu…p….padre?- tartamudeé
-Sí, es un gran tipo, aunque últimamente no lo he visto, dice que está buscando a su madre o algo por el estilo, la última vez que hablé con él me dijo que la había encontrado, pero que ella se había rehusado de ir con él. Mi abuela debe de ser muy fuerte para enfrentarse así a mi padre, me gustaría conocerla, mi padre me ha contado de ella, él me dijo que cuando era chiquito, ella lo cuidaba con mucho amor, pero cuando alguien trataba de atacarlo él la defendía, como una loba defiende a sus lobeznos, no le importaba salir herida por él. Espero que ella sea así con migo- dijo entusiasmado con la idea
Se me formó de nuevo el nudo en la garganta y empecé a llorar
“Mi pequeño bebé” dijo Sophie con tristeza “A necesitado a su madre y no he estado con él para cuidarlo”
-Ey, ¿por qué lloras?- dijo alarmado- No, no llores
-¿En serio él te dijo eso?- dije sollozando
-Si… pero no entiendo porque lloras-
No le contesté, esta vez yo era la que lloraba, yo la vampira, jamás pensé que diría esto pero, mi niño a extrañado a su madre y yo me he portado con él como una idiota.
Alcé mi cabeza violentamente y puse mis manos a lado de sus brazos
-Necesito hablar con tu padre- dije desesperada- Necesito saber donde esta-
-Yo… yo no sé donde está-
-Oye chico me tengo que ir-
-No me llamo chico- dijo haciendo una mueca- Mi nombre es Alex-
-De acuerdo… Alex, necesito irme en serio… por favor necesito irme-
-Ahora que lo pienso- dijo ignorando mi petición- no se tu nombre-
-Sophie- dije, fruncí la boca… no me gustaba usar el nombre de Sophie
-Que raro… así también se llama la madre de mi padre… pero el de ella es Sophie Lilith… pero aún así es lindo… Sophie- me dedico una sonrisa cálida
-Alex, necesito irme-
-Ya te dije que no te dejaré ir-
-Bien si no me dejas ir, me iré por mi cuenta- Corrí en su dirección pero antes de que él pudiera agárrame, logré rodearlo y salí disparada como una flecha hacia el bosque, que bueno que la puerta estaba abierta, porque si no la hubiera destruido para poder salir de ahí. Escuché que Alex me llamaba corriendo detrás de mí, quería correr en su dirección pero mi prioridad ahora era encontrar a mi hijo, antes de que saliera del bosque choqué con alguien, caí al suelo y estaba a punto de disculparme, alcé el rostro y me quedé sin palabras no salía de mi garganta ningún sonido. Me quedé con la boca abierta obligándome a emitir algún sonido, no salían absolutamente nada
-¿Mamá?- preguntó David
-¿David…?- pregunté confundida, mis ojos se enfocaron en su rostro y con un rápido movimiento me pare y lo abracé por la cintura, David era un cabeza más alto que yo, me recargué en su pecho desnudo y empecé a llorar- Oh, David, cuanto lo siento no quería herirte, pero con lo del caso de los cazadores y lo de la hechicera… es que cuando te arrebataron de mi lado… yo no supe si… yo pensé que estabas- se me quebró la voz
David puso sus brazos alrededor de mi espalda y me acerco más a él, de pronto algo húmedo rodó por sus mejillas hasta su pecho
-Oh mamá, no sabes cuanta falta me has hecho- dijo, de pronto recordé a mi pequeño hijo, un niño pequeño de 8 años con sus mejillas todas rojas al igual que sus ojos, estaba llorando ya que é ya sabía que su padre estaba muerto.
“~Mami…donde se encuentra mi papi?~ preguntaba David sollozando
~El ya no se encuentra con nosotros, se fue a un lugar mejor~ dije abrazándolo con un nudo en la garganta
~Mami, puedo ir con mi papi~ dijo llorando
~Algún día tu y yo nos iremos a reunir con él, pero todavía no es tiempo que vayamos con él~
~ Mami, cuando llegará ese día~
~No lo sé mi niño, pero te aseguro que el nos va a estar esperando para que los tres nos vayamos juntos- dije tratando de sonreír
~Me lo prometes mami~ dijo con una carita triste que hizo que me desmoronara en mi interior
~Te lo prometo, a donde vayamos los tres siempre estaremos juntos, aquí~ señalé donde latía débilmente su corazón”

-Shhhh, no llores- dije abrasándolo más fuerte, le di un beso en la frente y los dos nos sentamos en el suelo. Aunque él estuviera ya grande para estas cosas, lo acuné en mi pecho y empecé a tararearle una canción que solía cantarle de pequeño, la verdad no me acordaba mucho de la letra.
Pronto escuché pisadas cerca de nosotros, aquel dulce aroma se quedó a varios metros de distancia, volteé a verlo y sus ojos estaban en blanco me miraba a mí, luego a David, miro mis manos y de nuevo volvió a mirarme a mí
-¿Papá?...- preguntó confundido
David saltó de mis brazos y se puso de pie, sus ojos aún estaban rojos
-¿Qué crees que estás haciendo?- de repente la voz de Alex se torno dura, con odio
-Alex, esto no es lo que parece- dije tratando de razonar con él
-¿Para eso querías ver a mi padre? ¿Para besuquearte con él?- me pregunto con demasiado odio
-Espera, ¿ustedes ya se conocieron?- preguntó David
-Ella es la chica de la que te hablaba, ella es mi impronta-
Mi corazón salto de alegría, al parecer los dos sentíamos la misma atracción, de repente sonreí de pura alegría
-Oh, Alex…- iba correr a abrazarlo pero él se dio media vuelta y camino en dirección a su casa
-Alex, no te vayas- dije con voz suplicante
El me volteó a ver y murmuro
-Eso ya no importa- su voz sonaba quebrada, quise mirar sus ojos para comprobar que lloraba
Corrí en su dirección, y me puse enfrente de él, él no me miró a la cara y me rodeó, volví a ponerme enfrente de él, Tomé su cara entre mis manos y le di un beso en los labios, su primera reacción fue apartarme de él, lo empujé hasta un árbol y puse su manos encima de su cabeza imposibilitando moverse, el forcejeó y yo aplaste mis labios de nuevo pero con más urgencia esta vez, él trataba de apartarse, tiré un poco de su labio y no forcejeó más, tomó mi cara entre sus manos y me empezó a besarme fieramente, entreabrió su boca y aproveché la situación, introduje mi lengua a su boca y él me entregó la suya con gusto, nuestras lenguas danzaban a un ritmo frenético, agarré dos puñados de su cabello y lo acerqué más hacia mí. Cuando me hizo falta el aire, empecé a descender hasta su mandíbula, acerqué mis labios a su oído y le susurré
-Alex… tú también eres mi impronta… y te amo-
-Oh… Sophie- Volví mi boca a sus labios y lo bese esta vez con más calma, con más ternura. Me separé de él y él me acerco a su pecho y me dio un beso en la frente
-Yo también te amo-
-¿Desde hace cuanto se conocen?-
-Desde ayer- dijo Alex
-Quiero que conozcas a tu abuela Alex-
Alex me puso a su lado y me abrazó por la cintura
-Te va a agradar la abuela Sophie, aunque no la conozca se que es una gran mujer-
Me empecé a reír y David se rió conmigo, Alex se nos quedó viendo y al cabo de un rato pregunto
-¿De qué me perdí?- preguntó Alex confundido
David estaba a punto de hablar pero antes de que emitiera sonido alguno lo interrumpí
-Deja que le explique yo- le sonreí
-¿Explicarme qué?-
-Alex, yo soy tu abuela- dije sonriendo

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