viernes, 27 de agosto de 2010

Capi 2
¡Mi niño! Exclamaba Sophie dentro de mí
-A sí que todavía sigues aquí ¿eh?- dije hablando con migo misma
“Ni de coña dejaría que te apoderaras de mi cuerpo”
-Lo siento por ti, pero es mi cuerpo ahora… y lo será siempre-
-Mamá te encuentras bien- preguntaba preocupado David
-Escúchame- lo miré y no era el niño que recordaba este era un hombre- tú no eres mi hijo, mi hijo era un niño pequeño de unos 6 años y aparte el ya está muerto- dije con voz fría
-Mamá, mírame a los ojos- tomó mi cara entre sus manos y me aparté automáticamente, su mano ardía y su peste me mareaba
-Ni se te ocurra tocarme otra vez- dije amenazándolo
Busqué alguna salida y la encontré detrás de David, me puse de cuclillas y salté por encima de él, corrí y logré salir de aquel cementerio. Me fui directo a mi casa
-¡Hola a todos!- dije feliz
-¡¿Dónde demonios te encontrabas?!- me gritó Blake
-No es de tu incumbencia- susurré sentándome
-Claro que lo es, eres mi amiga y realmente te quiero mucho-
-Ja, ja no me hagas reír, a la que quieres es a Sophie, no a mi- dije frunciendo el ceño
El se quedó callado se le habían acabado las palabras, le sonreí y seguí hablando
-Además, ¿Tendría yo esperanza de que me quisieran?, ¿Cómo soy yo?, Lo dudo en realidad, pero estoy acostumbrada, he visto a través de Sophie como la quieren, que la prefieren a ella en vez de a mí, sino porque otra razón me hubieran encerrado…- me quedé pensativa y volví a sonreír- o tal vez es porque temen a lo que pueda hacer-
Blake estaba a punto de hablar, pero con mis dedos forme un tipo pinza y se lo puse en su boca para que no pudiera hablar
-No- dije negando con la cabeza- déjame terminar- sabes la verdad a mi me gustaría que me tratasen igual que a Sophie… bueno como Sophie así que digamos no, pero me gustaría que me quisieran como soy- di un suspiro y me levanté- Bueno, me voy a mi cuarto-
Subí las escaleras y entré a mi cuarto, cerré la puerta con llave y corrí a acostarme a mi cama
-Me siento tan débil- dije en un leve murmullo- Tengo que alimentarme y pronto-
“Ni se te ocurra” decía Sophie
-Y quien me la va impedir ¿tú?- me empecé a reír- ¿Sabes cómo me alimento Sophie?, Yo no me aliento como ustedes, matando a personas… de acuerdo las mato y bebo de su sangre, pero después de pasarla bien un rato… ¿Sophie te molestaría que usase tu cuerpo como un juguete?- sonreí
“¿Y tú qué crees?” preguntó incrédula
-Supongo que no, gracias Sophie… eres tan considerada-
Sentí su enojo y eso me hizo que sonriera aún más
Mañana en la noche me alimentaria y sabía exactamente quién era el candidato perfecto para el puesto, pero antes necesitaría ir de compras para preparar todo para mañana… Me cambié mi ropa y me puse una blusa negra, que me llegaba por arriba del ombligo y unos leggins blancos.
Salí por la ventana y me fui a Victoria´s Secret a comprar todo lo necesario, una bata transparente, un encaje negro demasiado atrevido… entre otras cosas. Mañana sería mi gran oportunidad para retomar fuerzas y encerrar de una vez por todas a Sophie.
Llegué a la casa de por ay a las 12 de la noche, al parecer nadie se había dado cuenta de que me había ido, abrí la puerta y bajé las escaleras
Mi madre se encontraba en la sala cambiando de canales, al parecer no quería ver un canal en específico, y al parecer Blake y Mía se encontraban en su cuarto y Mei… la verdad no sé donde se encontraba y me daba igual
Empecé a subir las escaleras y algo me detuvo por el brazo
-¿Sophie?- preguntó mi madre
Negué con la cabeza sonriendo
-Nop, Lilith-
-¿Por qué?- en su cara reflejaba tristeza
-¿Por qué? ¿Por qué no me puedes querer como soy? ¿eh?- noté como las lagrimas amenazaban con salir- ¿Por qué?-
-Lo siento- dijo agachando la cabeza- No puedo-
Entonces mis lágrimas brotaron como si fuera una cascada pero a pesar de todo siempre trataba de sonreír
-De acuerdo- sonreí tristemente- Lo siento no volveré a molestarte- jalé mi brazo y subí las escaleras lo más rápido que pude, a velocidad vampiro.
-Sophie... ¿Cómo has est…?-
Entré a mi cuarto y le cerré la puerta en la cara. No estaba de humor para platicar. Ni siquiera mi madre, la que me dio la vida me quería, ni siquiera la que… empecé a llorar descontroladamente sobre mi cama, y entonces alguien tocó a la puerta
-Lilith… ¿puedo pasar?-
-No quiero ver a nadie- dije en un murmullo
Abrió la puerta y se sentó en el borde de la cama
-Largo, no quiero ver a nadie- dije mientras abrazaba mi almohada
-Lilith mírame-
Le hice caso y volteé a verlo, no llevaba nada puesto excepto unos bóxers negros ajustados
-Tapate- dije mientras le lanzaba la almohada, ni siquiera me moleste en verlo como lo hubiera hecho si no estuviese demasiado triste
El la esquivó, se situó en mi espalda y me abrazó por la cintura
-¿Qué demonios crees que estás haciendo?- dije dándome vuelta para quedar enfrente de él
-Estas débil, ¿No es cierto?- dijo mientras me daba un beso en mi frente
-Sí pero, ¿Eso que tiene que tiene que ver con que estés así?- dije mirando sus bóxers
-Hoy te vas a alimentar-
Parpadeé varias veces por causa de la impresión de lo que me estaba diciendo
-¿Dijiste que me iba a alimentar hoy?, pero yo estaba preparando todo para mañana, para que saliendo de la escuela me trajera a Adrian y así yo podría…- Blake aplastó sus labios contra los míos, al principio me quedé en shock, pero luego mis labios se movieron con los suyos, coloqué mis manos alrededor de su nuca y lo atraje hacia mí. Sentía como su pene iba creciendo y endureciéndose cerca de mi muslo, empecé a jadear por la falta de aire, me separé un poco de Blake para darme media vuelta y quedarme encima de él.
-No te me vas a escapar- tomé la soga que se encontraba en mi buró, se suponía que la utilizaría mañana, pero al parecer la utilizaría esta noche
Amarré las manos de Blake por encima de su cabeza a modo de que no se soltara, él no intento zafarse, en vez de eso, se relamía los labios endemoniadamente sexy, con tan solo pensar que de nuevo disfrutaría lo que más me gustaba hacer, noté como me empezaba a mojar.
-¿Qué te gustaría hacer?- pregunté mordiéndome el labio
-Lo que tú quieras-
-Sabes, esas palabras pueden ser peligrosas- dije mientras subía por su abdomen ahorcadillas
-Es un riesgo que correré-
Me acerqué a sus labios y un gruñido casi salvaje escapó de su pecho, volviendo el beso más apasionado, más hambriento. Blake empezó a descender por mi mandíbula hasta mi cuello con pequeños besos. Empecé a recorrer con mis manos su bien trabajado abdomen, el cual estaba decorado con ocho suculentos cuadros y terminaba en sus caderas con una magnífica “V”. Empecé a acariciar sus ya endurecidos pezones, y el emitió un delicioso gemido como respuesta.
Empecé a bajar mis manos un poco más hasta llegar al elástico de su bóxer, tiré un poco de él y Blake emitió un gruñido. Me reí ante su expresión y me alejé un poco para mirarlo a los ojos
-Blake… ¿Seguro que quieres hacer esto? No importa que me dejes así, pero quiero que sepas que no estás obligado a…- él silenció mis boca con un beso corto en los labios y negó con la cabeza
-Estoy completamente seguro- me sonrió de la manera más tierna que haya visto
Presioné mis labios contra los suyos con más urgencia que antes, delineé sus perfectos labios con mi lengua, logrando hacerlo estremecerse, tiré un poco de su labio y sacó otro gruñido, esta vez trataba de zafarse, pero no lo conseguía y nunca lo conseguirá a menos de que yo lo desamarrara.
Me senté en su regazo y de forma instintiva empecé amover mis caderas en un movimiento lento y constante, empezaba a gemir, ya que notaba como su pene estaba duro y erecto, listo para estar en lo más hondo de mí. Besé de nuevo sus labios introduciendo mi lengua en su boca, explorando cada roncón de aquella cavidad que hacía que enloqueciera. Por unos momentos nos quedamos así. Pero luego algo apareció detrás de nosotros. Sonreí con malicia por la persona que acababa de entrar al cuarto
-Hola… Mía- dije mientras deslizaba mis manos dentro de su bóxer, sacándole un gemido
-¿Bl…blake?- Tartamudeó
-Así es- dije mientras rodea todo su pene con mi mano
-¿Cómo pudiste hacerme esto?- chilló
-Oh, vamos… Yo no lo obligué a hacer esto… el vino por decisión propia… ¿No es así Blake?- empecé a masajear sus testículos, logrando que Blake emitiera un largo y profundo gemido
-¿Entonces por qué jodidos lo tienes amarrado?-
-¿Qué nunca has odio acerca de los juegos sexuales?- dije mientras me volteaba para encararla, dejando a Blake en la cama jadeando
-¡Eres una estúpida!- gritó y se abalanzó sobre mí, yo era un poco más rápida que ella y me situé en su espalda, dejándola inmóvil
-Sabes… en estos instantes podría matarte- dije mientras notaba como mis colmillos empezaban a crecer- pero no lo haré… tendré misericordia y te dejaré ir… pero sin advertirte una cosa… cuando lo haga mío… te juró que jamás se acercará a ti, y solo me mirará a mí con amor… ¿entiendes?-
-¿!Qué no planeas matarlo!?- dijo con los ojos en blanco
-Nop- dije sonriendo- tengo planes para él
-Eres una…-
-Lo sé- dije interrumpiéndola- y me encanta serlo- dije con una sonrisa maliciosa- y ahora si me disculpas… tengo un asunto que resolver-
-Te juro que no te la vas a acabar- dijo amenazante
-Uy! mira como tiemblo- me reí y volteé para ir de nuevo con Blake, no me importaba si se quedaba mirando o no, con tal de saciar mi hambre todo daba igual.
-¿En qué nos quedamos?... o cierto… nos quedamos- deslice mis manos dentro de su bóxer- ¡aquí!- y empecé a masajear sus testículos de nuevo, exclamó un gemido demasiado largo y noté como me mojaba aún más
-Lilith…- dijo en un gemido
-Dime-
-Quiero tocarte-
-Perdón, no te escuché- sonreí pícaramente- ¿Qué fue lo que dijiste?-
-Dije que necesito tocarte-
Me mordí el labio y empecé a desabrocharme la blusa lo más sexy que jamás haya visto y lo miré directamente a los ojos. Noté como ponía sus ojos en blanco y ahora sí se movía demasiado en la cama tratando de zafarse.
-¿Qué sucede Blake?... ¿Acaso no te gustan los juegos?- dije mientras dejaba caer mi blusa a mi lado
Se le escapó un gruñido de su pecho
-Acaso no te gusta…sentirte bien- dije mientras me quitaba los leggins dejando únicamente en un encaje negro demasiado atrevido
Me acerqué a él con paso lento, lo más sexy que pude y me quedé enfrente de él sin decir o hacer algo, solo me quedaba viéndolo directamente a los ojos mientras él me recorría con la mirada, con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro.
-¿Sabes que eres hermosa?- preguntó relamiéndose los labios
-¿Y tú sabes que eres jodidamente sexy?- dije mientras subía por la cama hasta quedar a la altura de su cara
Acerqué mis labios rosando apenas los suyos, incitándolo a tratar de atrapar mis labios.
Me reí ante su inútil intento de atrapar mis labios, bajé de nuevo hasta la altura de sus bóxers y se los quite de un simple jalón
-Pobres bóxers- dije fingiendo tristeza- me gustaban demasiado-
-a mí también me encantaban- dijo respirando entrecortadamente
Volteé a ver su erección y me quedé con la boca abierta, recordaba que era grande, pero ahora que lo volvía a ver era simplemente E-N-O-R-M-E, sí, esa era la palabra adecuada para describirlo, y su erección parecía que decía por si sola “Presente”, me mordí el labio al pensar que pronto eso estaría dentro de mí.
Lo tomé desde la punta y le planté un pequeño beso, Blake emitió un leve gemido, y yo seguí. Empecé succionando un poco, para luego succionarlo como si mi vida dependiera de ello y empecé a masajear sus testículos. Blake no tardó demasiado en correrse. Me reí ante la ironía de las cosas, YO debería ser la que estuviera atada, YO debería ser la que se estuviera convulsionándose de placer y YO debería ser la que pediría más.
Para prolongar su placer, empecé a besarlo mientras que con mi mano subía y bajaba por toda su extensión, aun ritmo frenético. Cuando termino su orgasmo lamí lo que quedaba de su semen en la punta de su pene, logrando ponerlo de nuevo duro.
Lo desaté mientras se calmaba por el orgasmo que acaba de tener, y me acosté a su lado. El jadeaba por la falta de aire, y yo empecé a dibujar círculos en su bien formado abdomen, jamás me había sentido mejor que nunca. El volteó a verme y yo le sonreí tiernamente, le di un beso en los labios muy dulce y me separé de él acostándome en su pecho.
-Al parecer eso fue todo- dije mientras seguía dibujando círculos en su abdomen
De improviso él se dio media vuelta quedando arriba de mí y me sonrió
-Esto apenas está empezando-
Empezó a besarme desde mis labios hasta mi cuello, dándome besos cortos pero muy sensuales. Quise tocarle la cara para traerlo hacia mi boca, pero ahora fueron sus manos las que me aprisionaban y no me dejaban zafarme
-Ahora tú no te me escapas- dijo susurrándome cerca del oído, cuando se alejó un poco, agarré su labio entre mis dientes y tiré de él un poco, con un gruñido salvaje puso su boca en mis labios y me empezó a besarme fieramente, casi rayaba la violencia, pero no me quejé. Siguió un camino de besos desde mi cuello hasta mi ombligo, me estremecí al sentir su húmeda lengua rozando mis pezones sobre la delgada tela que los separaba, empezó a masajearlos alternativamente mientras me besaba fieramente.
Traté de tocar su pecho pero no lo alcancé, las manos de Blake parecían de hierro. Él se alejó un poco para luego poner su pene justo en mi centro. Solté un gemido que Blake silencioso con su boca.
Pasó sus manos por mi espalda, acariciándola, cuando de pronto se detuvo en seco
-¿Qué sucede?- dije jadeando
-Shhhh- dijo poniéndome un dedo en la boca
Entreabrí los labios para luego meter sus dedos en mi boca, lamiéndolos. El volteó su cara rápidamente y al ver lo que estaba haciendo, con un gruñido posó sus labios en los míos, pero esta vez no hice nada, me quedé como estatua, y puse los ojos en blanco a causa de la sorpresa
Con un movimiento brusco jalé mis manos y me solté de las manos de Blake, señalando con el dedo aquella figura corpulenta que se recargaba en el marco de la puerta.
Blake volteó su cabeza bruscamente y se paró rápidamente de la cama, Blake agarró un cojín y se tapó, me reí un poco para aligerar la tensión
-Al parecer nuestra querida Mía trajo unos amigos, ¿no es así?- dije mientras me paraba de la cama
-¿Me harías el favor de taparte?- mi sonrisa se desvaneció al escuchar la voz de aquel hombre
-¿Cómo demonios me encontraste?- dije con voz fría mientras agarraba mi blusa que se encontraba en el suelo
-¿Acaso no dijiste que Mía había traído unos amigos?-
-No me respondas con otra pregunta-
-Ok, de acuerdo, no te reconozco mamá…-
-¡Ya te dije que no soy tu madre!- dije interrumpiéndolo- ¿Qué acaso en tu estúpida mente no te entran esas palabras?... ¡No soy tu madre!-
-¡Claro que lo eres!- dijo acercándose a mí- ¿¡Si no como demonios explicas esto!?- dijo mientras me enseñaba una marca de media luna en su brazo izquierdo. Me alejé horrorizada mientras me cubría mi brazo derecho
-No puede ser cierto- susurré- ¡No es cierto!- grité exasperada
-Mamá, cálmate- dijo mientras se acercaba de nuevo a mí y me acunaba en su pecho
-¡No me toques!- chillé- ¡No te acerques!- me fui hacia la esquina y ahí se encontraba Blake. Cuando sentí su pecho duro en mis manos di media vuelta y me aferré a él como si mi vida dependiera de ello.
-Mamá escucha…- dijo acercándose de nuevo hacía mí
-¡Te dije que no te acercaras!- grité mientras me pegaba más al cuerpo de Blake
-Ya la oíste, no te acerques- dijo Blake con voz fría
-De acuerdo, me iré… pero mamá…te juró que ahora que ya te encontré nunca más me alejaré de ti y esta vez va en serio-
-1Largaté!- le grité de nuevo mientras mis lágrimas de derramaban por mis mejillas
No sé cuando fue que me encontraba en la cama, acunada en el pecho de Blake, al parecer el ya se había puesto sus bóxers.
Volví a acariciar mi brazo derecho sintiendo la cicatriz de media luna que tenía allí
-No lo puedo creer- susurré, mientras me limpiaba las lágrimas con mi mano
Blake me dio un beso en la frente y puso su mejilla contra mi cabello, me abrazaba como si fuera a protegerme de algo o de alguien, de pronto él emitió un rugido feroz, como modo de advertencia, hacía la ventana.
Giré mi cabeza bruscamente para poder ver qué era lo que se encontraba ahí y un par de ojos azules se posaban sobre mí, dio media vuelta y se fue.
No sé cuánto tiempo me quedé observando la ventana, pero al parecer fue demasiado. Aquellos ojos azules me habían hipnotizado y no podía sacármelos de la cabeza. No sé que era la sensación que sentía en aquellos momentos, pero definitivamente jamás los había sentido, lo sentía justo en mi corazón. Como si fuera una atracción de algún tipo que no puedes controlar. Aquellos ojos azules eran lo más hermoso que jamás haya visto en mi vida.
“Te has imprimado” dijo Sophie eufórica
Me quedé en shock y con los ojos demasiado abiertos
-¡Oh, no! ¡Eso si que no!- grite saltando de la cama- ¡Yo soy una vampira! ¡No una asquerosa lobo!-
“Piensa lo que quieras, pero yo sé de esto ¿recuerdas? No he vivido en vano 400 años en este cuerpo, yo también he tomado el control de algunas ciertas partes del cuerpo ¿sabes?”
-Así ¿Cómo cual?- dije incrédula
“El corazón” se limitó a decir
-Lilith… ¿con quién hablas?-
Di media vuelta y no me acorde que no estaba sola en la habitación
-No… con nadie en especial-
-De acuerdo- me miro con el ceño fruncido y me alargo su mano para que la tomara- Ven-
Tomé su mano y me senté en su regazo
-Hey, no hay razón por la que debas de estar preocupada- me dijo tiernamente
-No lo estoy- Estoy imprimada pensé con ironía- No es justo- susurré
-¿Qué no es justo cariño?- dijo mientras me daba un beso en la frente
-Todo-dije acurrucándome de nuevo en su pecho
“Te lo mereces” noté su sonrisa burlona
-Calla- dije frunciendo los labios
Me sentía un poco mejor, pero todavía había algo que era fundamental en mi dieta… Sangre… y por supuesto no pensaba matar a Blake con tal de conseguir un poco. Al parecer Sophie no estaba bromeando cuando dijo que se apodero completamente del corazón, al parecer me estaba volviendo como Sophie… cariñosa, y dulce…
-Puaj- dije sintiendo asco
-¿Qué sucede?- preguntó Blake mientras me daba otro beso en la frente y paseaba sus dedos por mi pelo dulcemente
-Me estoy volviendo… dulce- me estremecí ante la idea, ¿yo?.. ¿Dulce?.... ja, ja, ja ni en mil años sería dulce, tal vez fingiera ser dulce… pero, ¿Ser una persona dulce en realidad?
-¿Y eso es malo?-
-Para mí lo es- le dije y le di un beso en su pecho
-Pareces cansada- dijo mirándome a la cara
-Un poco- susurré
-Ven- me cargó y me acostó en la cama. Me tapó con una frazada y él se acostó a mi lado acercándome a su cuerpo, apoyé mi cara en su pecho, acercándome lo más que era posible, el empezó a trazar círculos en mi espalda, y no sé cuándo ni cómo me quedé dormida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario